La acusada, este lunes en el juicio, custodiada por dos agentes de la Policía Nacional. | Guillermo Esteban

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La tarde del 26 de diciembre de 2017, Antònia B., de 48 años, fue a casa de su hermana, en la calle George Orwell de Palma, y la esperó en el portal. La mujer, que llevaba un cuchillo de cocina de 10 centímetros de hoja, se abalanzó sobre su espalda y se lo clavó. La víctima, vestida con una chaqueta de invierno gruesa, de piel de vaca, intentó defenderse y roció a su hermana con un aerosol.

«Desde la primera agresión que sufrí llevaba en el bolso un spray», relató este lunes la perjudicada ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. «Mi hermana me tiró al suelo y siguió apuñalándome mientras repetía: ‘Hoy, por fin, te mato’», añadió entre sollozos.

La agresora le propinó varias cuchilladas en la cara, cuello, tórax y abdomen mientras la afectada trató de parar los golpes con los antebrazos. Varios transeúntes redujeron a la acusada hasta que se personó la Policía Local de Palma. «Los agentes llegaron bastante rápido y dos mujeres me taponaron la sangre que salía a chorros de mi espalda». La víctima, a consecuencia de estos hechos, fue operada y recibió tratamiento psicológico y psiquiátrico.

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Antònia B. aceptó este lunes en el juicio una condena de siete años y medio de cárcel por intentar asesinar a su hermana. La procesada ha indemnizado a la perjudicada con 9.490 euros por las lesiones y secuelas. La agresora, en el turno de la última palabra, aseguró que está «muy arrepentida» y pidió perdón a su hermana.

El tribunal tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de reparación del daño después de que la mujer haya consignado la responsabilidad civil. La acusada no podrá comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de su hermana en los próximos 12 años.

La víctima contó con voz temblorosa que hace tiempo que tiene mala relación con su hermana. La mujer lleva años recibiendo amenazas a través del teléfono móvil e insultos por parte de Antònia B. «Me decía que me iba a matar a mí y a mis hijos». La denunciante decidió llevar un spray de autodefensa siempre encima por si se acercaba su hermana. «Después de todos los años de acoso y amenazas vivo siempre mirando a todos lados». «¿Desea usted ser indemnizada?», preguntó la presidenta del tribunal. «Yo lo que quiero es que esta persona no se acerque a mí».