La Policía Nacional requisó al hombre los preservativos con 90 gramos de hachís. | Archivo

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Una boda frustrada en los juzgados de sa Gerreria el 21 de marzo. Los novios y dos testigos detenidos por la Policía Nacional por tráfico de drogas. Dos preservativos con 90 gramos de hachís y otro con vaselina intervenidos. Y un castigo ejemplar.

La Audiencia Provincial ha ratificado la sanción del juzgado de Vigilancia Penitenciaria a la mujer que entregó las sustancias estupefacientes a su novio el día de su boda. Un año sin visitarlo en el centro penitenciario de Palma. Podrá llamarlo o enviarle cartas, pero no lo verá hasta dentro de un año.

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Desproporcionada

La defensa del preso recurrió la medida impuesta por la Dirección de la prisión el pasado 27 de marzo. La representación letrada del hombre alegaba que la mujer no fue quien le entregó la droga y que la sanción es desproporcionada. Un tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma ha dado la razón al juez de Vigilancia Penitenciaria. La Sala entiende que hay indicios de que la mujer dejó unos preservativos con hachís en la chaqueta de su novio cuando se iban a casar en sa Gerreria. Los Policías Nacionales cachearon al hombre y encontraron la droga. En el bolso de su pareja hallaron tres rollos de cinta adhesiva, un preservativo y un pequeño móvil embalado con cinta.

El tribunal indica que existe un dato objetivo incuestionable: los hechos se realizaron con la intención de introducir las sustancias estupefacientes en la cárcel de Palma. Las juezas consideran que la proporcionalidad de la restricción es justa. «La prohibición de entrada está claramente vinculada a la tipología de los hechos que se atribuyen a la mujer: intentar pasar sustancias ilícitas y un móvil en el centro penitenciario».