Imagen del lagarto gecko. | Archivo

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Un australiano de 34 años y padre de tres hijos falleció el pasado diciembre tras ingerir, presuntamente por una apuesta, un pequeño lagarto. El hombre, David Dowell, sufrió una semana y media de agonía hasta que, finalmente, murió cuando iba a ser operado. No obstante, las causas no están claras.

Según informan varios medios, unos amigos de la víctima vieron cómo ingería durante una fiesta navideña un gecko, después de que le retasen a hacerlo. Este animal es una especie de lagarto que contiene más de 1.500 subespecies diferentes, y cuyo aspecto puede ser diverso.

El hombre, al parecer, empezó a encontrarse mal y el sufrimiento le perduró hasta diez días. La hermana de David, Hannah, explicó a The Sydney Morning Herald, que «estaba realmente enfermo y en el momento en que comenzó a vomitar verde, fue cuando llamaron a la ambulancia».

Hannah cuenta que los médicos primero pensaron que el dolor podía ser a causa de una gastroenteritis», pero días después le diagnosticaron una infección por salmonela, una bacteria cuyos síntomas son diarrea, dolores estomacales y fiebre. David no mejoró; la orina era negra, el vientre se le inflamó y los pulmones se le empezaron a llenar de líquido.

No fue hasta pasados diez días que entró en quirófano, pero lamentablemente falleció sin que los cirujanos pudieran hacer nada por salvar su vida. No obstante, las causas de la muerte están todavía pendientes de esclarecerse y la familia, seis meses después de los hechos, sigue buscando respuestas.