El monitor aseguró que era «como un padre» para algunos de sus alumnos. | Alejandro Sepúlveda

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El profesor de judo que esta semana fue detenido por la Policía Judicial de la Guardia Civil acusado de once casos de abusos sexuales a alumnos en gimnasios del Llevant ha recibido amenazas de muerte.

Además, su puesta en libertad con cargos, decretada el jueves por el juez de Manacor, ha provocado indignación en las víctimas y malestar en la Benemérita. La Fiscalía tiene previsto recurrir la medida.

Algunas de las amenazas vertidas contra el monitor las recibió estando aún detenido, cuando era trasladado por la Guardia Civil a los juzgados. Allí, esposado, fue recibido a gritos por algunos de los congregados.

Sin riesgo de fuga

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Tras leer el atestado de la Benemérita, la Fiscalía pidió prisión para el sospechoso, que tiene 43 años, está separado y tiene dos hijos. La sorpresa, sin embargo, llegó cuando el magistrado consideró que no existía riesgo de fuga porque no tenía «bienes suficientes o cuentas en el extranjero» y decretó su libertad con cargos. Aplicando medidas cautelares como la entrega del pasaporte, la prohibición de salir de Mallorca y la obligación de realizar comparecencias judiciales cada día 1 y 15 del mes. «Asimismo, han declarado la mayoría de testigos y todos ellos son mayores de edad en la fecha actual. Además, se ha practicado una entrada y registro en su domicilio en el que se han intervenido ordenadores, equipos electrónicos, fotografías y documentos», escribe el juez en el auto.

Este viernes, familiares de víctimas del profesor mostraron su enfado por su puesta en libertad. El profesor, que no tenía licencia en vigor para ejercer como maestro de artes marciales, negó de forma contundente que diera besos o tocara con intenciones libidinosas a los niños, pero reconoció que se relacionaba con algunos de ellos «como su fuera su padre». La mayoría de afectados eran niños procedentes de familias humildes y desestructuradas, que recibían costosos regalos del monitor.

El juez deldoble crimen del pantano de Susqueda

El juez de Manacor que el jueves dejó en libertad con cargos al profesor de judo acusado de abusar de once niños, estuvo destinado antes en Cataluña e instruyó el caso de Paula Mas y Marc Hernández, los dos jóvenes de 21 y 23 años que fueron brutalmente asesinados en el pantano de Susqueda.

Los Mossos d’Esquadra detuvieron a Jordi Magantí, un sospechoso del doble crimen que ingresó en prisión, pero la sorpresa saltó cuando las pruebas de ADN no lo implicaron y quedó libre. El caso sigue abierto.