El procesado, este jueves, en la sección segunda de la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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La madrugada del 6 de marzo de 2016 un joven propinó una brutal paliza a un hombre en las inmediaciones de la calle Manacor, en Palma. Le propinó un sinfín de golpes por todo el cuerpo. Uno de ellos le alcanzó un ojo y debido al impacto la víctima acabó perdiendo la visión. Además sufre importantes secuelas tras el suceso.

El imputado se ha sentado este jueves en el banquillo de los acusados en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma. El procesado ha reconocido los hechos y ha aceptado una condena de cinco años de cárcel y el pago de una indemnización a la víctima de 92.536 euros. Los hechos, según el ministerio público, ocurrieron de madrugada. Por motivos que no han sido aclarados víctima y acusado se enzarzaron en una acalorada discusión.

La peor parte se la llevó el hombre, de 37 años de edad. El procesado, supuestamente, le propinó numerosos golpes por todo el cuerpo. Estuvo hospitalizado doce días y tardo un año en recuperarse de las lesiones. Aun así padece importantes secuelas. Perdió la visión del ojo izquierdo, quedó incapacitado para su trabajo y sufre un deterioro de las funciones cerebrales superiores.

En un principio la Fiscalía solicitaba para el joven, defendido por el abogado Julio Romero, una pena de 10 años. Tras un acuerdo de conformidad se fijó en cinco, al apreciar los atenuantes de toxifrenia y reparación del daño. La condena quedó suspendida con la condición de que siga en un programa de desintoxicación de drogas del que ya forma parte, realice trabajos en beneficio de la comunidad y pague 400 euros mensuales a la víctima.