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La Guardia Civil de Palma ha presentado este martes la primera sala para tomar declaración a las víctimas de violencia de género y a menores de Baleares, ubicada en la comisaría de la calle Manuel Azaña de Palma y cuyo acondicionamiento ha costado 1.800 euros.

La consellera de Presidencia en funciones, Pilar Costa, ha remarcado durante su visita a la comisaría que el objetivo de la sala, de unos 30 metros cuadrados dividos en dos estancias, es dotar a las mujeres y niños que tengan que denunciar o prestar declaración de «un espacio físico lo más amable posible, dada la frialdad de las administraciones públicas».

La delegada del Gobierno, Rosario Sánchez, ha asegurado que el acondicionamiento de la sala es «una demostración de que la colaboración institucional muchas veces en cosas pequeñas se puede traducir en una mejora significativa para las personas que están una situación de más vulnerabilidad», y ha destacado que la petición de esta remodelación surgió de la Guardia Civil.

Por su parte, el coronel en jefe de la zona, Francisco Martínez, ha agradecido «esta gran colaboración, pequeña económicamente probablemente, pero grande para nosotros».

Finalmente, la sargento de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial destinada al área de delitos contra personas, Antonia Alanzol, ha explicado que la unidad en la que trabaja, la EMUME, es «una especie de unidad central en la provincia de Baleares en la que se coordina y fiscaliza todo el trabajo de la Guardia Civil en cualquier tipo de delito contra personas».

Realizan la investigación de casos graves, que vayan a tener un periodo de investigación prolongado o una repercusión social importante.

«Tratamos todo tipo de delitos contra personas, desde secuestros, homicidios, cualquier delito contra mujeres, menores o víctimas sensibles, como ancianos», ha subrayado.

La sargento ha destacado que la sala tiene «mucha importancia» para las víctimas, las cuales necesitan una atención especial, un personal especializado en la materia y un entorno en el que «se puedan sentir más a gusto».

Alanzol ha remarcado la necesidad de que el entorno facilite la relación que se puede establecer con la víctima para poder «favorecer la obtención de datos y de la investigación».