El sospechoso, a la izquierda, el viernes durante su primera detención. | Alejandro Sepúlveda

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El okupa detenido por agredir a un operario de Endesa que iba a cortarle la luz en un edificio de la calle Henri Dunant, en la barriada palmesana de Son Oliva, quedó en la noche del viernes en libertad y lo primero que hizo fue volver al mismo piso. A pesar de que el juez le impuso una orden de alejamiento.

Los vecinos de la finca, al verle regresar, fueron los que avisaron a la Policía Nacional. Acto seguido, se encararon con el delincuente y le exigieron que se marchara de allí. El sospechoso sostuvo que sólo quería recoger unos enseres, entre ellos unas piezas de oro, y que el juez se lo había permitido, pero no enseñó la supuesta orden judicial. La tensión fue en aumento y otros residentes contactaron con el 091 porque temían que el okupa, que estaba con su padre, les agrediera.

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Violento

Insistieron en que se estaba poniendo muy violento y que temían correr la misma suerte que el operario de Endesa golpeado cuando hacía su trabajo. Poco después, se personó en ese edificio una patrulla de la Policía Nacional que se entrevistó con los vecinos y con el acusado. Como no pudo verificar que estuviera autorizado a volver al piso ocupado, los agentes intentaron identificarlo, pero el individuo se resistió y no quiso mostrar el DNI que llevaba encima. Finalmente, fue arrestado por los delitos de resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad.

Según han informado en fuentes policiales, el okupa llegó a amenazar a los vecinos con tirar abajo la puerta del portal si no le dejaban acceder libremente al inmueble. Este sábado por la tarde pasó de nuevo a disposición judicial.