El acusado, durante el juicio. | Juan P. Martínez

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La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a tres años de cárcel a un joven de 22 años por pegar un puñetazo a otro, a quien le causó complicaciones visuales y parálisis espástica en una pierna. Los hechos ocurrieron en julio de 2017 en el Arenal.

Inicialmente, la Fiscalía le reclamaba una condena de cuatro años de cárcel, pero tras llegar a un acuerdo entre las partes se le ha rebajado la pena de cárcel en un año.

Además deberá pagar una indemnización de 145.700 euros porque la víctima sufrió «pérdida de calidad de vida», puntos de secuela, perjuicio estético, entre otras dolencias. El procesado también deberá pagar las costas.

Tal como ha aceptado este jueves, tras desatarse una discusión por motivos desconocidos, el joven intentó agredir a una persona con una silla. Ante esto, varias personas intercedieron para impedirlo, entre ellas la víctima, que recibió un fuerte puñetazo en la cara. Cayó derribada al suelo, donde quedó inconsciente.

A consecuencia del golpe, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico grave con hematoma subdural y efecto masa, hemorragia subaracnoidea y contusiones, con parálisis de miembro inferior derecho. También sufrió complicaciones visuales, si bien conservó la agudeza visual en ambos ojos.

Fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) durante 26 días con sedación e intubación. Como secuelas sufre alteraciones cognitivas leves, campo visual disminuido, perjuicio estético y problemas para caminar, para lo que emplea andador.