María José es una vecina de Palma que ha estado a punto de perder la vida a consecuencia de una serie de negligencias médicas. Una pesadilla que se prolonga desde hace más de diez años y que, de momento, le ha ocasionado la pérdida de olfato, visión en ambos ojos y de gran parte de sus piezas dentales. El programa Ley y Orden de Ultimahora.es la protagonista cuenta su particular pesadilla. El pasado viernes María José decidió iniciar una batalla judicial e interpuso una querella contra una conocida cl | Youtube Ultima Hora

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María Jesús es una vecina de Palma que ha estado a punto de perder la vida a consecuencia de una serie de negligencias médicas. Una pesadilla que se prolonga desde hace más de diez años y que, de momento, le ha ocasionado la pérdida de olfato, visión en ambos ojos y de gran parte de sus piezas dentales.

El pasado viernes María Jesús decidió iniciar una batalla judicial e interpuso una querella contra una conocida clínica dental de Palma por una «grave negligencia médica». La víctima solicita 300.000 euros a la parte demandada «a efectos de asegurar las futuras responsabilidades civiles, habida cuenta de futuras indemnizaciones por los graves perjuicios y secuelas -de por vida- ocasionados».

María Jesús, entre lágrimas, señala que «mi pesadilla comenzó en 2005. Tras sufrir un accidente doméstico me rompí dos piezas dentales. Ese día acudí a una conocida franquicia de clínicas dentales. El doctor que me recibió, tras la primera exploración, me dijo que presentaba una tumoración en el paladar y que era imprescindible para mi sanación retirarme la mayor parte de las piezas dentales y colocar en su lugar otras protésicas. El presupuesto era de 19.435 euros, pero al final acabé pagando más de 36.000 euros (financiado)».

El diagnóstico fue demoledor y las explicaciones del facultativo estaban cargadas de tecnicismos y nomenclaturas científicas que hicieron imposible que la paciente entendiera algo.

Tras continuos dolores y padecimientos insoportables, la mujer acudió a la clínica, pero el doctor le dio largas y no le ofreció a ninguna solución a su problema. En diciembre de 2006, a María Jesús, mientras estaba de viaje en Ciutadella (Menorca), se le cayeron todos los implantes de golpe, y los dientes, de manera incomprensible, se le ponían de color negro. Unos días más tarde, la clínica cerró las puertas dejando a todos los pacientes en la estacada.

«Me han destrozado la vida. El doctor me diagnosticó un tumor que nunca existió y por su culpa y la de un tratamiento innecesario he perdido el sentido del olfato, la pérdida parcial de visión en ambos ojos y la caída semicompleta de las piezas dentales. También he perdido más de 36.000 euros, las ganas de vivir y todo el mundo se lava las manos», señala la paciente.

Colegio de odontólogos

Hay que hacer constar que el propio colegio de odontólogos y estomatólogos de Valencia ha emprendido acciones judiciales contra el citado doctor por sus presuntos engaños continuados a pacientes.

La querella, interpuesta por el letrado Eduardo Luna, al margen de los 300.000 euros de fianza, entiende que los hechos son constitutivos de un delito de estafa y otro de lesiones por imprudencia grave. Todos ellos penados hasta con nueve años de prisión.