El acusado en el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Palma. | Guillermo Esteban

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Antonio H. M. se presentó ante la víctima como un experto en el «mundo de la compraventa de perros». El hombre, de 44 años y nacionalidad española, vendió al denunciante dos canes y luego le propuso que invirtiera dinero en ese negocio. Irían a medias. Era el año 2014. El acusado se encargaría de negociar con los dueños de los animales y después los revendería. El perjudicado se llevaría parte de los beneficios.

La idea parecía buena, pero al final se apropió de 61.000 euros que el denunciante le prestó para la compra de 43 perros en Mallorca. El procesado se declaró culpable este lunes en la Audiencia Provincial de Palma de un delito de apropiación indebida y admitió un año y medio de cárcel. «Acepto los hechos totalmente», dijo. El tribunal de la Sección Primera también le impuso una multa de seis meses a razón de dos euros al día.

El hombre no ingresará en prisión si no comete ningún delito en tres años y si devuelve el dinero a la víctima antes del 11 de marzo de 2021. Antonio H. M. se comprometió a abonar 600 euros cada mes, como mínimo, al perjudicado.

Las primeras operaciones comerciales fueron satisfactorias, según recoge la Fiscalía en su escrito. Entre finales de 2015 y durante 2016, Antonio H. M. consiguió que el denunciante le entregara, en diferentes plazos, 26.000 euros para la compra de 42 perritas de la raza pomerania. El acusado se quedó el dinero. Más tarde propuso al perjudicado la posibilidad de comprar un pastor alemán con pedigrí, llamado ‘Zambro’, por 35.000 euros. Le prometió que lo revendería por 60.000. La víctima aceptó con la esperanza de que revendería el animal en la mayor brevedad posible.

El acusado viajó a Barcelona en diciembre de 2016 para supuestamente vender al perro, pero comunicó al denunciante que el presunto comprador no disponía de 60.000 euros y que al final se lo quedaría un mexicano. Antonio H. M. regresó a Mallorca al cabo de varias semanas sin el dinero... ni ‘Zambro’.