El hombre, acusado de un delito contra la salud pública, hace unos días en la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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Ocho años de prisión tras ser sorprendido con un kilo de cocaína que tenía que llegar a la La Guapi. Esta es la petición del Ministerio Público para el acusado, un ciudadano de origen colombiano, que se encuentra en prisión desde hace poco menos de tres años.

Otro procesado en la misma pieza llegó a un acuerdo con la Fiscalía y se conformó con una condena de siete años por delitos contra la salud pública, atentado y conducción temeraria. Está preso en la cárcel de Picassent.

Este viernes quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial el juicio por una de las piezas de la operación ‘Iron Belt’, que acabó con la detención de 94 personas en 2016.

Uno de los acusados reconoció que transportó cocaína desde Valencia con la intención de encontrar alguien en la Isla para su distribución. Su contacto aquí era un compinche, para el que solicitan ocho años de cárcel. Este admitió haber ido a recoger al aeropuerto al otro procesado. «Yo solo cumplía órdenes de ‘La Guapi’, ella me utilizó para esto», relató ante el tribunal. Días después del encuentro con el varón llegado desde la península fue arrestado. «Me detuvieron al salir de mi casa sin que llevase nada encima», sostuvo y añadió que el paquete que custodiaba en su casa se lo llevó ‘La Guapi’ un día antes y que «no sabía que era cocaína».

Un agente de la Guardia Civil negó ese extremo. «Le hicimos un seguimiento y le vimos salir de su vivienda. Lo cacheamos y le encontramos un paquete entre la ropa que resultó ser cocaína», afirmó el benemérito. La defensa, ejercida por Martí Cànaves, pide la absolución ya que considera que «no hay pruebas» de que su cliente llevara encima el paquete de cocaína al ser detenido.