La polémica colonia de gatos que habita frente a un edificio de Cala Vinyes. | Michel's

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Pascual Lluch se instaló con su pareja hace casi dos años en un edificio de la calle Sirenas de Cala Vinyes (Calvià). «El sitio es genial, es una zona tranquila, cerca de la playa, estupendo». Pero a los pocos meses empezó una ‘guerra’ por la invasión de gatos. «A mí me encantan los animales y me da igual que haya cuatro gatos, pero es que hay más de veinte y sin castrar».

El joven lamenta las condiciones en las que se encuentra el edificio. «Entras a la comunidad y huele a orina, a heces. El problema es que dos inquilinos se dedican a alimentar a estos animales sin ningún tipo de control. Lanzan la comida desde sus balcones. Está todo asqueroso», explica Lluch por teléfono.

Los vecinos del inmueble han recogido más de 40 firmas para intentar controlar esta colonia de felinos que no deja de crecer. Pascual Lluch ya ha ido a cinco juicios por culpa de una pareja de polacos y una familia sudamericana. «Me insultan, he sufrido agresiones, me han puesto cerveza encima de la moto. Saco al perro y me graba con el móvil. Me siento acosado, insultado y ofendido. También pincharon las ruedas del coche de mi novia. He ido a cinco juicios y en todos he sido absuelto».

El próximo mes de junio le espera otro juicio. El joven denunció la situación al Ajuntament de Calvià e instalaron carteles en los que se informaba de que estaba prohibido alimentar a los gatos. Los carteles desaparecieron. «Esta gente se cree que soy peor que Hitler y que quiero a los gatos muertos, pero solo pido que los reubiquen en otro lugar».