Dos agentes de la Policía Nacional colombiana custodian al mallorquín detenido en Buga, la semana pasada.

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Hasta dos refugios acumuló ‘Charly’ en su huida colombiana. El estafador de Lujo Casa, que vendió promociones inmobiliarias fantasmas a cientos de personas en Mallorca, se escondía en la vivienda de la abuela de su novia y en la de su amante para escapar de la Justicia. Cuando fue detenido, se mostró tremendamente abatido, y achacó a los bancos todos sus males.

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Mientras que en Palma Carlos García Roldán llevaba un ritmo de vida de lujo asiático, con fiestas y derroche, en Buga (Colombia) su día a día era diametralmente opuesto. No porque hubiera perdido el interés en las bacanales, sino porque la Policía Judicial de la Guardia Civil de Algaida le había bloqueado todas sus cuentas.

Eligió un barrio de la ciudad de Buga, de unos 98.000 habitantes, porque la abuela de su novia reside allí. Pero también frecuentaba la casa de su nueva amiga. Trabajaba con una moto, como mensajero, y trataba de pasar desapercibido. La operación de cirugía a la que se había sometido había cambiado sus facciones. También había perdido muchos kilos y se había teñido el pelo. Era un hombre nuevo, pero tenía los días contados. Según la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), trataba de vestir lo más normal posible, para no llamar la atención. La zona donde se movía está controlada por la guerrilla y hay barriadas peligrosas. En principio, ‘Charly’ no se opone a ser extraditado. De hecho, quiere que lo trasladen cuanto antes a la cárcel de Palma para no estar en las prisiones de Bogotá, que no son precisamente confortables. Nada que ver con las fantásticas viviendas que él publicitaba en Lujo Casa.