Imagen de uno de los acusados, durante el juicio. | Guillermo Esteban

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«José, tu amigo me tiene sin salir, secuestrado. Llama a este número». Un hombre que denunció haber sido secuestrado por una pareja, a finales de febrero de 2018 en un piso de la calle Alfons el Magnànim de Palma, envió este mensaje a un amigo. El acusado ha negado los hechos en el juicio celebrado este viernes en la Audiencia Provincial y ha asegurado que nunca extorsionó al denunciante.

El principal sospechoso exculpó a su expareja, que también fue enjuiciada. «No estaba conmigo». El hombre, que se encuentra en prisión preventiva desde entonces, conoció a la víctima dos semanas antes. El domingo 25 de febrero estuvo drogándose en casa de un amigo en común con el denunciante. «Quise comprarle un ordenador y me dijo que no lo vendía».

El sospechoso ha relatado que el perjudicado le prestó 600 euros para irse de fiesta. «La policía me quitó 1.850 euros que tenía para pagar una multa por conducir sin carné y por eso le pedí el dinero. Fuimos a la Soledad, cogimos un gramo de cocaína y después a Son Gotleu a por caballo. Estuvimos el día 26 de fiesta y su padre vio cómo se caía contra el suelo de la borrachera que llevaba. El padre me pidió que lo llevara al hospital».

El 27 por la mañana, el acusado iba con la víctima en el coche y tuvieron un accidente contra un poste. «Él se estaba metiendo una raya y se destrozó la cara. Yo me hice daño en el pecho», ha señalado el procesado. Por la noche llegaron al piso del denunciado. «No le puse la mano encima en ningún momento ni lo extorsioné, ni lo amenacé con un cuchillo. Llamé a su padre por teléfono y me dijo que ‘a ese puto yonki no lo trajese a casa’. Le pasé el móvil y su padre le colgó». El acusado cree que le denunció por dinero o porque le desapareció un ordenador portátil.

La mujer, que tiene dos hijos en común con el acusado, ha relatado que aquellos días no estuvo en el domicilio de la calle Alfons el Magnànim y ha manifestado que no tiene contacto con su expareja por una serie de problemas graves. «Le tengo miedo, me ha costado mucho salir adelante».

Un testigo amigo del acusado y de la víctima ha explicado que el denunciante, «un chaval que estaba loco por la informática», le contó que se cayó tres veces de fiesta. «Tenía lesiones en la cara y en el pie. Es una persona con doble personalidad. Ha tenido problemas económicos por las drogas y también con su familia». Hace dos semanas que la víctima le envió un mensaje de voz para ponerse de acuerdo en declarar en la misma dirección. El testigo autorizó al tribunal a que reprodujera el contenido.

El perjudicado ha comentado que el día 27, después del accidente, fueron a casa del acusado y en el domicilio estaba su pareja y un hijo. «Me dijo que le pagara el coche, cinco mil y pico euros, o que me iba a matar. Fue a la cocina y cogió un cuchillo con el que me pinchó en la pierna. Lo he pasado tan mal que he intentado olvidarlo todo viendo películas. Yo no pude salir del piso. A la mínima que decía algo que no le gustaba empezaba a pegarme patadas y puñetazos. Me quitó el móvil y lo dejó cargando en la cocina. Le pedía a la mujer que sacara el puño americano».

La presunta víctima cree que le pusieron burundanga. «Hacía todo lo que me pedían». El hombre envió mensajes a un amigo pidiéndole que llamara a su padre porque le habían secuestrado. «Vi que me querían sacar el dinero. Me ofreció que viviera allí de alquiler y me ofreció vender droga para él. El niño me daba patadas y me preguntaba por qué había roto el coche de su madre».

La Fiscalía solicita una condena de siete años de cárcel para cada uno de los acusados por un delito de secuestro y otro leve de lesiones.