Un operario trabaja con elementos de perforación de tierra mientras continúan los trabajos para rescatar a Julen, el niño de dos años que cayó el pasado domingo en un estrecho y profundo pozo en Totalán (Málaga). | Efe

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Este sábado, a las 13:00 horas, el responsable del operativo de rescate, el ingeniero de caminos y canales Ángel García, ha comparecido ante los medios de comunicación para dar a conocer las últimas noticias respecto al rescate del pequeño Julen, el niño que el domingo 13 de enero cayó en un pozo de Málaga. Según García, a esa hora se estaban ultimando las labores para poner en marcha el túnel vertical con el que rescatar al pequeño.

García ha explicado a los periodistas que después de trabajar durante toda la noche, han conseguido llegar a la cota menos veintitrés y atravesar el macizo rocoso que ha dificultado las labores en las últimas horas.

Una vez empezada la perforación, «si las condiciones son favorables y normales, tendremos una oscilación de unas doce o quince horas» para llegar a la distancia inicial. Además, se tardarán varias horas en cavar el túnel horizontal, en total unas 20 horas hasta que puedan llegar a donde se cree que está Julen.

«Estamos esperanzados en que este trabajo pueda llevarnos el menor tiempo posible si las condiciones son un poco más favorables que las que nos hemos encontrado hasta ahora», ha detallado el técnico. «Tenemos que hacer una perforación de 60 metros y en ese espacio nos podemos encontrar afloraciones del macizo rocoso que ha ralentizado las operaciones de desmonte para el rebaje del terreno y creación de una plataforma en la que se está colocando la perforadora».

García ha informado de que a continuación, tendrán que realizar la galería horizontal de acceso al pozo en el que está el niño, una actuación que llevarán a cabo a mano los mineros desplazados desde Asturias.

El trabajo de estos operarios tendrá, según García «unos rendimientos menores», ya que emplearán medios manuales, pistolas y martillos, «y en condiciones favorables, se invertirán unas 20 horas, aunque intentaremos hacerlo en el menor tiempo posible».

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Para la bajada de los mineros se ha fabricado «un útil, un especie de cesta de 1,2 metros de diámetro, en la que podrán introducirse dos mineros, «y se está viendo la posibilidad de que un tercero esté a una costa superior» para ayudar.

Preguntado por la posibilidad de que el niño no esté precisamente a la cota menos 71, que es donde se encuentra el tapón de tierra que se detectó en el pozo, ha declarado que los técnicos desconocen la altura de este tapón e incluso «si no es un tapón y la tierra llega hasta el fondo del habitáculo».

Ha afirmado que los mineros tendrán tres metros para acceder hasta el pozo desde el habitáculo de trabajo que se ha diseñado y en ese espacio es «donde esperamos encontrar a Julen».

En cuanto a la posibilidad de que hubiera que hacer más galerías de acceso al pozo, ha advertido de que tendría un riesgo añadido que habrá que analizar en función del terreno y la geotecnia que se vaya encontrando.

García ha asegurado que desconoce si existe alguna acusación hacia el operativo de rescate, y ha precisado que desde que se abandonó la técnica de la succión de material del tapón y se optó por las excavaciones, «esto ha pasado de ser un rescate a una obra de ingeniería civil humanitaria».

El ingeniero ha insistido en que el ánimo entre los rescatadores es «férreo», ya que «llegar a Julen cuanto antes es una motivación tremenda y no pesan las horas, no pesa el cansancio y no pesa el no dormir; lo importante es llegar cuanto antes y llevárselo a sus padres».