Ha ocurrido este miércoles sobre las 8.20 horas en el número 4 de la calle Montserrat Mascaró. | Alejandro Sepúlveda

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Nuevo susto a causa del fuego en una vivienda de Palma. Esta vez ocurrió a primera hora de ayer en una planta baja del número 4 de la calle Montserrat Mascaró. Un hombre acabó en la Mutua Balear, ya que se encontraba trabajando en ese momento, por una inhalación de humo severa mientras intentaba ayudar en las tareas de extinción de las llamas y otras 16 personas tuvieron que ser atendidas in situ por los servicios de emergencia desplazados al lugar.

El fuego se originó poco después de las 8 de la mañana en una planta baja. Las primeras pesquisas apuntan a que la mala combustión de un brasero pudo ser la causa del incendio. En la vivienda vivía un matrimonio con sus dos hijos menores de edad (de 12 y 6 años). Todos fueron atendidos, además de por inhalar humo, por un psicólogo de guardia al quedar en shock después de ver arder su casa.

Varias dotaciones de los Bombers de Palma, así como policía local y nacional, acudieron de inmediato tras recibir la llamada de varios testigos. Ya en el lugar sofocaron rápidamente las llamas, que dejó calcinada la vivienda. La violencia del fuego también obligó a desalojar a todos los vecinos de la finca por precaución, en total 35 personas. Casi la mitad, 16, tuvieron que ser atendidas a causa del humo. Quien se llevó la peor parte fue un operario de una compañía eléctrica, que al ver las llamas se acercó a ayudar a extinguirlas y acabó hospitalizado debido a una inhalación de humo severa.

La unidad Científica de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación para intentar esclarecer los motivos del incendio, aunque todo apunta que el foco del mismo sería el brasero del domicilio calcinado.

Por otra parte, la Agrupació Professional Bombers de Palma lamentaron ayer de que todavía no cuenten con la autoescalera ni con la incoporación de nuevos bomberos. «Se vivieron una serie de situaciones gravísimas que comprometieron la seguridad de Palma y casi tenemos que lamentar una desgracia», aseguraban sobre el incendio del día 31 en Camp Redó.