Juan Fernández Bustos, el mallorquín preso en Cabo Verde. | Redacción Sucesos

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«Estoy feliz, eufórico. Pero no olvido los dos años y medio que estuve en prisión por un delito que no había cometido. Hoy, por fin se ha hecho justicia, pero ha sido un calvario muy largo». El Tribunal Supremo de Cabo Verde absolvió ayer al mallorquín Juan Fernández Bustos de un delito de narcotráfico, en el nuevo juicio que se ha celebrado contra él tras ser invalidado el primer proceso, en el que fue condenado a 15 años de cárcel por un desembarco de 521 kilos de cocaína, blanqueo y asociación criminal.

Un infierno

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El acusado, en declaraciones este sábado a Ultima Hora, aseguró que la nueva sentencia «es como un sueño. Me la han comunicado a las doce y media del mediodía y lo primero que he hecho es llamar o contactar con las poca gente que creyó en mi, entre ellos vuestro periódico». El particular infierno de este palmesano empezó el 5 de noviembre de 2014, cuando regresó de una jornada en el mar en un velero y atracó en el puerto de Mindelo, en San Vicente. Después se fue a un bar con su hermano, sacó dinero y fue entonces cuando la policía lo detuvo por su supuesta relación con un gran alijo de cocaína que acababan de encontrar en unos coches. «Nunca hubo pruebas reales, y ahora ha quedado todo demostrado. Pero yo estuve dos años y medio en una celda aislado las 24 horas. Era un habitáculo sin cuarto de baño y venían a buscarme cuatro veces al día para hacer mis necesidades», relató.

Ahora, Juan Fernández se está planteando presentar una denuncia para ser indemnizado: «Pero ya se verá. Hoy soy muy feliz».