Imagen del juicio celebrado este jueves y en el que el acusado ha asegurado que no recuerda haberse saltado dos semáforos el mes de enero de 2017. | Alejandro Sepúlveda

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Un conductor ebrio que circulaba en una furgoneta, se saltó un semáforo en rojo en un cruce junto a s’Escorxador y mató a otro conductor en enero de 2017 ha asegurado este jueves en el juicio que la víctima iba a una «velocidad elevada». «El desastre era bastante importante. En las imágenes se ve que el impacto es brutal. Brutal», indicó tajante un policía local de Palma.

El acusado, que iba en una Fiat Ducato blanca de alquiler, ha explicado que el 29 de enero del año pasado salió de fiesta con su primo y estuvieron en el Paseo Marítimo «unas tres o cuatro horas». «Nos tomamos dos cervezas y dos cubatas de Ballantine’s». El joven, poco antes de las cinco de la madrugada, se marchó. «Cogí la furgoneta y me perdí por Palma», ha comentado el procesado, que reside en Barcelona actualmente.

El procesado ha asegurado que iba a una «velocidad moderada» y aceleró cuando vio el semáforo de la calle Francesc Suau en ámbar a las cinco y siete minutos. «No recuerdo haberme saltado dos semáforos en rojo en esa misma calle». El Renault Megane de la víctima, César Enrique Delgado, de 37 años y nacionalidad colombiana, «pasó a una velocidad elevada y no me dio tiempo a reaccionar». La furgoneta embistió el turismo por el lateral derecho. «El impacto fue muy fuerte. El conductor recibió todo el golpe. Parecía que había desaparecido su habitáculo», ha respondido un policía a preguntas de la fiscal.

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La joven que viajaba de copiloto, una colombiana de 30 años, sufrió graves lesiones. Las cámaras de una cafetería situada en el cruce con la calle Fracesc Fiol i Juan registraron el accidente. Las imágenes se han exhibido este jueves en el juicio que ha tenido lugar en una sala del juzgado de lo Penal número 3. El límite de velocidad era 50. «Yo iba a 80», ha admitido el conductor enjuiciado, que afronta una petición de la Fiscalía de cuatro años de cárcel. Un informe de la policía recoge que circulaba a 98 kilómetros por hora.

El joven, de 29 años y nacionalidad marroquí, arrojó un resultado positivo de 0,68 en la tasa de alcohol. Más del doble de lo máximo permitido. «Pudimos comprobar que se había saltado dos semáforos en rojo», ha dicho un agente. «Estas personas, cuando se saltan un semáforo en rojo, te dicen que estaba en ámbar. Echan balones fuera», ha añadido.

Otro policía local ha explicado que el acusado, que reside en Barcelona, «no estuvo nada colaborador. Yo tenía la sensación de que le daba exactamente igual lo que había pasado. No quería hablar». Un funcionario que estudió los semáforos de la zona afirmó que hacía seis segundos que estaba en rojo y que ya se había saltado otro antes.

La joven que iba de copiloto declaró que ha intentado olvidar el siniestro «porque ha sido bastante duro». «Recuerdo que nuestro semáforo estaba en verde y que íbamos súper lentos». Un conductor que estaba detenido junto al Megane del fallecido manifestó que el turismo iba a una velocidad muy lenta y que el semáforo «estaba en verde». Además, añadió que la furgoneta «circulaba muy rápido». El juicio continuará el próximo 12 de diciembre con las declaraciones de los peritos.