El acusado, durante el juicio. | Alejandro Sepúlveda

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Un hombre acusado de prender fuego hace dos años a la cochera de la casa de su suegra en Muro, donde dormían su mujer y sus dos hijos, ha admitido los hechos este miércoles ante la Audiencia de Palma y se ha conformado con la petición de una condena de 3 años de prisión.

Acusaciones y defensas han alcanzado un acuerdo de conformidad en la vista previa por esta causa que se ha celebrado hoy ante la sección segunda de la Audiencia de Palma, después de haber sido aplazada este martes.

El acusado ha admitido los hechos y ha aceptado tres delitos: daños por incendio, amenazas contra su expareja y amenazas contra su excuñado.

Por el incendio, ha aceptado una pena de 3 años de prisión y prohibición de aproximarse a las víctimas y de residir en Mallorca durante 5 años.

Por las amenazas a su expareja, ha aceptado realizar 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad y prohibición de tenencia de armas durante 2 años, así como otros 5 años de prohibición de acercarse a la mujer.

En cuanto a las amenazas leves a su excuñado, ha admitido pagar una multa de 540 euros y la prohibición de acercarse a él 6 meses.

En virtud de las penas admitidas, asume 10 años de alejamiento, 5 de los cuales no puede residir en la isla.

El acusado, A.M.C., de 37 años, se encuentra en prisión preventiva por estos hechos desde el 1 de diciembre de 2016.

Amenazas

En su escrito de acusación, la Fiscalía relata que a mediados de noviembre de ese año el procesado amenazó a su esposa, con la que llevaba casado 13 años, en presencia de un hermano de ella.

«No me hagáis una putada, que ya veis siendo bueno las cosas malas que hago, siendo malo imaginad lo que os puedo hacer; me doy miedo a mí mismo de lo que puedo hacer, id con cuidado porque os puedo hacer mucho daño», les dijo, presuntamente, en alusión a un conflicto económico relacionado con la madre de su esposa.

Días después la mujer le pidió la separación tras una larga crisis ligada a la adicción del acusado a sustancias estupefacientes, pero él encajó mal esa decisión.

El 25 de noviembre, relata la Fiscalía, el hombre se presentó en casa de su suegra, por lo que su esposa llamó a su hermano, quien se personó en la vivienda y fue recibido con la amenaza por parte de su cuñado de que le iba a matar, «a arrancar la cabeza».

Cinco días más tarde, a las 4 de la madrugada, el acusado volvió a la casa de la suegra, donde se había trasladado su mujer y los hijos de la pareja, un niño que entonces tenía 11 años y otro de 7 que con una diversidad funcional que le impide caminar.

El procesado, tras escalar una pared, accedió al garaje y prendió fuego al coche adaptado a las necesidades de su hijo pequeño, por el que había tenido una disputa con su mujer. Al huir, dejó abierta la puerta de la cochera a un patio lleno de objetos inflamables que conectaba con la vivienda donde dormía su familia, según la Fiscalía.

Puso en riesgo la vida de su familia y también la de unos vecinos cuya casa también resultó parcialmente dañada, aunque sus propietarios han rehusado reclamar compensaciones.