El sospechoso, con polo azul, en los juzgados. | Alejandro Sepúlveda

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Asunto zanjado. La Audiencia de Palma ha confirmado la condena de tres años de cárcel para el butronero que robó 356.653 euros en las oficinas de Bartolomé Cursach. Un tribunal de la Sección Segunda ha desestimado el recurso interpuesto por la defensa del sospechoso, un corpulento serbio de 50 años de edad.

El robo ocurrió la mañana del 14 de diciembre de 2014. El acusado, junto a otro individuo no identificado, fueron a las oficinas del Grupo Cursach vistiendo ropa deportiva oscura, guantes negros y un gorro para evitar ser identificados. Usaron mazas, un hacha, un pico, una sierra de arco, un martillo electroneumático, brocas, discos de corte y otras herramientas que adquirieron entre los días 1 y 12 de ese mes.

Los asaltantes cortaron la valla perimetral del recinto hasta llegar a una puerta metálica de emergencia. Violentaron el ojo de buey y accedieron al interior de las oficinas. Una vez dentro, sellaron con cinta adhesiva las puertas de cristal y los sensores de humo para evitar que saltara la alarma.

Avanzaron por uno de los pasillos hasta llegar a la cocina, donde efectuaron el primer butrón en una de las paredes. Esto les dio paso a un pequeño cuarto donde practicaron un segundo agujero para acceder a los despachos, que se encontraban junto a la cámara acorazada. Allí realizaron un tercer boquete para violentar la cámara acorazada con una maza y numerosas herramientas.

El ladrón negó en el juicio que fuera el autor del robo y tampoco se reconoció en las grabaciones de las cámaras de la Herramienta Balear ni de Leroy Merlin. Los investigadores de la Policía Nacional no albergaron dudas. Era él.