Especialistas de la Guardia Civil buscando indicios en Cala Pi. | Alejandro Sepúlveda

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La Policía Judicial de la Guardia Civil centra sus pesquisas entre los conocidos «poco recomendables» de Vasile M., el rumano de 49 años que apareció degollado en una finca de Cala Pi, en Llucmajor. De momento, las sospechas apuntan a que hay dos o tres implicados en el homicidio.

Uno de ellos sería el autor material del crimen, que degolló y se ensañó con la víctima, y el resto los cómplices que ayudaron a mover el cuerpo y esconderlo en Cala Pi, donde fue hallado el lunes por un buscador de setas.

De momento, el Grupo de Homicidios ha tomado declaración a algunos de los conocidos de Vasile, pero los datos que han podido aportar no han sido definitivos para la investigación.

El fallecido no tenía recursos económicos y frecuentaba a alcohólicos, toxicómanos e indigentes. Las peleas en el grupo, por motivos casi siempre triviales, eran frecuentes. Sin embargo, lo que llama la atención es la paliza brutal que sufrió el ciudadano del Este antes de morir. En otros casos de reyertas entre excluidos sociales puede haber puñaladas de por medio, pero no es tan frecuente un ensañamiento como el que sufrió Vasile.

Localizar en qué vehículo lo trasladaron hasta esos terrenos de la carretera de Cala Pi, casi en s’Estanyol, es una de las prioridades de los agentes, que están analizando las cámaras de tráfico que hay en la autopista de Llucmajor y en las carreteras próximas. Con la matrícula se podría llegar hasta el conductor, que no tiene por qué ser necesariamente el asesino. Tampoco se descarta que el vehículo haya sido destruido para borrar huellas. El rumano sufrió un corte en el cuello de más de 20 centímetros, así como dos cuchilladas que le llegaron al pulmón. Además, tal y como adelantó Ultima Hora, presentaba una marca en la espalda que podría evidenciar que fue golpeado con una barra y también una marca de nudillos en el pecho. La muerte se produjo entre el sábado por la noche y el domingo por la madrugada. El temporal de viento y lluvia borró huellas de su cuerpo, lo que está dificultando las tareas del Laboratorio de Criminalística.