El ‘Unabomber’ mallorquín, en una imagen de archivo en los juzgados de Palma. | Joan Torres

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«En España sólo un juez es la persona autorizada que puede ordenar el ingreso en el psiquiatría de un paciente - siempre y cuando sea mayor de edad- en contra de su voluntad». Así de rotundo se muestra el doctor Miquel Munar, una de las voces más reconocidas de la psiquiatría en nuestra comunidad.

PALMA. ELECCIONES. MIQUEL MUNAR , CANDIDATO DE CONVERGENCIA PER LES ILLES A CORT EN LAS ELECCIONES

«Sin entrar en casos concretos, es importante destacar que para que un joven que sufre esquizofrenia pueda ser ingresado en contra de su voluntad es necesario hacerlo a propuesta de alguien. Es decir, de su familia, de facultativos del 061, centros de salud o de la propia policía. A partir de ese instante, el juez ordenará una valoración a los forenses del Instituto de Medicina Legal o directamente a los profesionales de las áreas de psiquiatría de Son Espases o de Son Llàtzer», comenta el doctor Munar.

«Una vez que el juez tenga el peritaje judicial correspondiente se consumará el ingreso en psiquiatría por prescripción. A partir de ese instante, el centro médico se convierte en depositarios del paciente por orden judicial. Quiero dejar constancia que se trata de temas muy delicados y estoy hablando en genérico y no de ningún caso concreto», concluye el psiquiatra Miquel Munar.

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Los vecinos delUnabomber malloquín que pretendía sembrar de bombas la UIB a principios de octubre de 2012 viven atemorizados. Tras la noticia publicada este lunes, son muchas las voces que piden a la Justicia que tome cartas en el asunto. «Llevamos meses y meses solicitado y denunciando comportamientos violentos y agresivos de este chico. Nadie dice que sea mala persona, pero está enfermo y tenemos miedo», añade uno de los vecinos del joven.

La sentencia judicial consideró probado que, durante los primeros meses de 2012, Morales consultó reiteradamente páginas web sobre matanzas en institutos estadounidenses y alemanes, así como otras donde se detallaba la fabricación de armas y explosivos caseros, y creó un blog titulado «El sótano de Ares» en el que explicaba cuáles eran los materiales necesarios y cómo elaborar bombas. Además, también llevaba un diario personal manuscrito en el que incluyó un plan denominado «Karma» donde detallaba la forma de conseguir financiación, la creación de un equipo de ataque a la universidad, cómo conseguir armas y qué productos químicos encargar.

Según la sentencia, a principios de septiembre de 2012 Morales se hizo pasar por representante de una empresa y compró por internet productos químicos susceptibles de ser utilizados para la fabricación de explosivos, por un importe de 982 euros.