Los dos acusados, de espaldas, en el primer día del juicio por el incendio mortal en Es Pinaret. | Juan P. Martínez

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El juicio por el fallecimiento de un interno del centro de menores de Es Pinaret en 2015, que sienta en el banquillo a la exidirectora y al exjefe de mantenimiento, arrancó este lunes con el testimonio de la declaración así como el de tres agentes de la Guardia Civil que formaron parte de la investigación.

Los procesados, para quienes la Fiscalía solicita penas de dos años de cárcel por homicidio imprudente, sostuvieron que nunca fueron informados de que el sistema contraincendios se encontraba inhabilitado en el momento del suceso. Declararon que creían que el colchón del menor, que acabó prendiendo, era ignífugo.

Por su parte, tres miembros de la Benemérita que formaron parte de la investigación dejaron en evidencia las supuestas medidas de seguridad al afirmar que «no cumplía los requisitos que debe tener un recinto de esas características».

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Gerencia

El exjefe de mantenimiento de la Fundació S’Estel, la entidad del Govern que gestiona Es Pinaret, a cuestiones planteadas por el Ministerio Fiscal, recordó que por orden de la dirección del centro se retiró el cableado de la habitación días después de que el joven intentara autolesionarse. Asimismo admitió que no acompañó al técnico que hizo la revisión del sistema contra incendios. Lo hizo un subordinado y «no me pasó el parte», indicó ante el juez. Sobre la presencia de colchones ignífugos declaró que los colchones eran de este tipo. «En la habitación donde se produjo el incendio el colchón era ignífugo».

La Guardia Civil minutos después desmontaría esta afirmación. La exdirectora, que llevaba un año en el cargo cuando sucedieron los hechos, admitió que no tenía conocimiento de los partes de incidencias de mantenimiento porque la seguridad «dependía de gerencia». Y declaró que conocía la retirada del cableado de la habitación del menor, pero que días después pidió que lo repusieran sin «obtener repuesta», explicó.

Sobre la ausencia de timbre de aviso en la estancia del fallecido comentó que «debía tener» pero que «no había en todas las habitaciones». Tres miembros de la Benemérita, que declararon como testigos, ya que formaron parte de la instrucción del atestado, fueron duros con el sistema de seguridad. «No existían medidas de seguridad adecuadas y las deficiencias tenían que ser conocidas por los responsables», expuso uno de ellos. Este martes continúa la exposición de más testigos.