Un grupo de agentes de la UIP realizando un control en el Paseo Marítimo. | Julio Bastida

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Eligió un mal día para robar. Un agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP), es decir, los antidisturbios llegados desde la Península como refuerzo estival, procedió a la detención de un conocido carterista cuando estaba perpretando una de sus fechorías.

Los hechos ocurrieron en torno a las siete de la mañana en la Playa de Palma. El policía, que se encontraba fuera de servicio, salió al paseo peatonal para realizar su entrenamiento de running cuando, a la altura del Balneario 2, detectó la presencia del hampón, que estaba agazapado e iba arrastrándose por la arena hasta llegar a la zona de las hamacas donde se encontraban una pareja.

En ese momento, el delincuente, con mucho sigilo, cogió las mochilas y un bolso de los bañistas y emprendió la huida. No contaba con la buena preparación física del agente, que no dudó en saltar la valla e iniciar una persecución. Al alcanzarle, con el uso de la fuerza estrictamente necesaria, procedió a su detención, tras identificarse como agente de la autoridad.

Acto seguido solicitó la presencia de una pareja de la Policía Local de Palma que se encontraba en las inmediaciones, les contó lo sucedido y se hicieron cargo del arresto del ladrón.

El detenido es un argelino muy conocido por la policía con múltiples antecedentes policiales por hechos similares. Antes de ser trasladado, no dudó en comentar a los funcionarios policiales que había tenido muy mala suerte y que ya se podían quedar los refuerzos en la Península «y no venir a tocar las narices».