El investigador Kok Soo Chon, explicando su informe durante la rueda de prensa. | Reuters

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El informe oficial presentado este lunes por las autoridades de Malasia no esclarece por qué desapareció el Boeing de Malaysia Airlines el 8 de marzo de 2014 con 239 personas a bordo, sin excluir la intervención de terceras personas.

El responsable de la investigación, el malasio Kok Soo Chon, señaló en una conferencia de prensa en Putrajaya transmitida por la televisión malasia, en la que se presentó el informe completo, que el avión cambió de rumbo de forma manual, pero que no tienen pruebas que les permitan saber por qué.

«El cambio de rumbo no se debió a anomalías del sistema mecánico. El cambio de rumbo se hizo de manera manual y no con el piloto automático», dijo Kok .

«No somos de la opinión de que el piloto sea el responsable, pero al mismo tiempo tampoco podemos negar que se produjo un cambio de rumbo y que el sistema (de comunicaciones) se apagó manualmente, intencionadamente o no», indicó el experto.
El ex director general del departamento de Aviación Civil de Malasia aseguró además que no pueden excluir «la participación de una tercera parte».

Kok manifestó que tampoco tienen pruebas que confirmen o indiquen que alguien controló y pilotó el avión, un Boeing 777-200er, mediante control remoto.

El informe no responde a las incógnitas principales de los familiares de los desaparecidos y, aparte de cumplir con la política de total transparencia del nuevo Gobierno de Malasia, solo aporta detalles a la documentación que se ofreció el pasado marzo.

Kok fue aún más lejos al afirmar que «este no es el informe final, es solo un informe», y agregó que además no es una investigación de Malasia, sino de expertos de ocho países, entre ellos el suyo.

«No hemos encontrado el fuselaje. No hemos encontrado víctimas. ¿Cómo puede ser el informe final?», se preguntó el jefe de la investigación.

El documento presentado dice que «amplía la información previamente publicada e incluye análisis, hallazgos, conclusiones y recomendaciones de seguridad», como la de mejorar la eficacia de los transmisores de localización que portan los aviones comerciales.

La investigación reconoce que el sistema de radares incumplió la normativa al no haber mantenido un registro continuado del recorrido del vuelo MH370 desaparecido.

El informe también aconseja a las compañías y autoridades a ampliar la información sobre las condiciones psicológicas de pilotos y tripulación, una mayor inspección en la carga del avión y a un mayor control del tráfico aéreo.

El avión desapareció de los radares el 8 de marzo de 2014, unos 40 minutos después de despegar de Kuala Lumpur rumbo a Pekín con 239 personas a bordo, 154 de ellas chinas.
Los investigadores creen que el Boeing acabó por estrellarse en el sur del océano Índico.
Se han recuperado 27 piezas en playas de Reunión, Mozambique, Mauricio, Sudáfrica y la isla Pemba (Zanzíbar), fragmentos que fueron arrastrados por las corrientes del Índico, lo que concordaba con la hipótesis oficial del siniestro.

Los análisis han confirmado que tres fragmentos encontrados en Reunión, Mauricio y Pemba pertenecen al avión, otras siete piezas -incluidas partes del interior de la cabina- lo son «casi con seguridad» y ocho más lo son «con alta probabilidad».

Una pieza más lo es «probablemente» y las restantes ocho no han sido identificadas.

Equipos especializados de búsqueda rastrearon 120.000 kilómetros cuadrados en el área que, según los expertos, había más posibilidades de que se hubiera estrellado el avión y no encontraron nada.

La empresa estadounidense Ocean Infinity inició el pasado enero la búsqueda en otra zona de unos 80.000 kilómetros cuadrados con la condición de que no cobraba si no localizaba el aparato en 90 días, y no lo encontró.