La litera que utilizaban los padres enjuiciados esta semana por encerrar a los menores en un domicilio de Calvià. | Redacción Sucesos

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La parte inferior de la litera imitaba un vagón azul y rojo. Había una frase escrita en alemán: «Viajes de ensueño». Y abajo, en mayúsculas, el nombre del mayor de los tres hermanos, de 14, 9 y 7 años. Los trayectos del tren no siempre finalizaban en el mundo de los sueños. La última parada, a veces, estaba mucho más cerca. Arriba de la litera de los horrores. Allí había una puerta (con cerrojo) al mundo de las tinieblas. Una jaula con barrotes de colores y una pegatina amarilla de una mariposa. La pareja enjuiciada esta semana por encerrar a su hija en una jaula y maltratar a otros dos niños en Calvià inventó un mundo paralelo para los tres menores.

La niña, de nueve años, tenía necesidades educativas especiales porque sufre una discapacidad leve. Era la principal víctima, la que pasaba más tiempo encerrada en esa jaula con barrotes pintados de rojo, verde y amarillo. Una especie de parque infantil sin salida al exterior. Una cárcel para niños. La pareja, en ocasiones, encerraba a sus tres hijos juntos a oscuras. Los hermanos mayores cantaban canciones al pequeño para que no se asustara cuando sufrían los castigos.

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La Fiscalía reclama una condena de tres años de cárcel para el padrastro de los tres niños por un delito de maltrato habitual hacia los menores. La madre también está acusada de permitir castigos a los niños. El ministerio público reclama para ella un año y medio de prisión. El centro escolar al que iban en Calvià y el Consell de Mallorca detectaron estos hechos.

Los acusados niegan que se produjeran malos tratos en la vivienda que compartían con los tres niños. La madre aseguró en el juicio estar arrepentida e insistió en que desconocía la situación. La Guardia Civil inspeccionó la casa y halló la litera convertida en jaula.