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La mujer de 83 años que en 2015 mató a su hijo de 64, quien sufría una discapacidad total, al verse incapacitada para seguir cuidándole ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que no entrará en prisión y queda en libertad vigilada con tratamiento psiquiátrico durante seis años.

Fuentes jurídicas han informado de que el acuerdo concluye que María Luisa M.B. es autora de un delito de asesinato con alevosía y el agravante de parentesco si bien se le aplica una eximente completa por alteración psíquico.

De esta forma, la mujer evita la pena de seis años de prisión y otros tantos de internamiento en centro médico que solicitaba la Fiscalía y en su lugar se le impone la medida de libertad vigilada, con obligación de someterse a tratamiento psiquiátrico externo durante seis años, es decir, sin ingresar en centro alguno.

Al haberse alcanzando un acuerdo de conformidad no se ha celebrado el juicio con jurado popular que estaba previsto este viernes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid

De hecho, treinta minutos después la anciana ha abandonado junto a su abogada las instalaciones de la Audiencia de Madrid sin hacer declaraciones a los medios de comunicación.

Hechos

Según el relato del fiscal, aceptado por la acusada, el 26 de noviembre de 2015 la anciana, a cargo de su hijo de 64 años y declarado judicialmente incapaz total -era ciego, sordo y mudo, con minusvalía mental y una evidente falta de movilidad- tomó la decisión de acabar con su vida y la de hijo, ambos residentes en la localidad madrileña de Torres de la Alameda.

Para ello, vació 16 «blíster» de pastillas, desde Ibuprofeno hasta Tramadol o Urbason, que había acumulado desde días antes y las trituró en una batidora. El contenido del brebaje lo repartió en dos vasos que se bebieron ella y su hijo.

«Con sus facultades volitivas y cognitivas gravemente afectadas, debido al empeoramiento de su estado de salud a consecuencia de su avanzada edad», como reconoce el escrito del ministerio público, la anciana tomó esa decisión al verse mermada en sus capacidades para continuar cuidando a su hijo y para evitar que sus otros hijos -uno, de 59, también con una discapacidad- tuvieran que asumir «la carga futura cuando ella faltase».

Una vez ingerido el cóctel de medicamentos, se tumbaron en las camas de los dormitorios y allí los encontró otra hija de la acusada.

Ambos fueron trasladados al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, donde el hijo murió al día siguiente como consecuencia de la hemorragia cerebral que le causó la ingesta de los medicamentos, mientras que María Luisa sobrevivió.