Imagen de ‘La Paca’ saliendo de prisión al obtener su primer permiso. | Pere Bota

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Francisca Cortés Picazo, ‘La Paca, es una mujer feliz y libre. Tras cumplir algo más de nueve años en prisión, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria decidió otorgarle el tercer grado. La matriarca del poblado de Son Banya consiguió el 7 de agosto de 2016 su primer permiso carcelario. Desde esa fecha, Francisca ha ido disfrutando de otros dispensas hasta que, hace unos días, obtuvo su ansiado tercer grado que le permite iniciar una nueva vida fuera de los muros del centro penitenciario de Palma.

Fuera del poblado

‘La Paca’ no quiere saber nada de Son Banya. De hecho, reside en casa de uno de sus hijos (pastor evangélico) en una conocida barriada de Palma. La exjefa del narcotráfico de poblado chabolista ingresó en prisión a principios del mes de julio del año 2008 al ser condenada por el ‘caso Son Banya’.

Desde hace años, ‘La Paca’ y su clan sostenían que era «inhumano» dispersar a la familia en distintas cárceles españolas. Ella ingresó en Alicante II (Villena), su hija ‘La Guapi’ en Zuera (Zaragoza) y su hijo ‘El Ico’ en la prisión de Mansilla (León).

En un principio, Instituciones Penitenciarias temía que la familia gitana siguiera controlando el narcotráfico en Mallorca si permanecían en la penitenciaría de la carretera de Sóller. Después, las cosas se agravaron con el asesinato de ‘La Parrala’, una histórica de Son Banya, y el enfrentamiento entre clanes hizo necesario dispersar a ‘La Paca’ y los suyos.

Finalmente, Instituciones Penitenciarias permitió que ‘La Paca’ cumpliera el resto de su condena en Mallorca, tal y como reclamaba ella y su familia. Tras varios intentos fallidos por obtener permisos carcelario y, finalmente, el tercer grado, la abogada Catalina Pou lo consiguió.