Transcripción realizada por la Policía Nacional de la conversación entre la ‘madame’ y el jefe del Grupo de Blanqueo de Capitales del CNP.

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La testigo clave de la causa de presunta corrupción policial de Palma ya amenazó a la Policía Nacional con «dinamitar la causa» el pasado día 30 de octubre. En una conversación que mantuvo la madame con el jefe del Grupo de Blanqueo, la mujer no dudó en atacar y señalar a la policía como las personas que le estaban «jodiendo la vida».

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En la transcripción parcial de la conversación entre la testigo clave y el inspector de policía, la madame dice: «Tranquila se lo diré a mi hijo cuando tenga que comer este mes, ¿eh? Entonces sí le diré, no te preocupes hijo, que vamos a ir a ver si la Policía Nacional nos da de comer. ¿Vale? Eso es como yo. Estaré tranquila, cuando voy de trabajo en trabajo y me van jodiendo la vida. Y ahora ya no son los acusados y tal o cual, ahora es la puta policía los que están jodiendo la vida. Si esta es la manera que tienen de trabajar, me cago en su puta madre, porque lo voy a matar». El inspector jefe del Grupo de Blanqueo de Capitales del CNP contestaba: «M. J., no digas... no digas burradas». Acto seguido, la madame replicaba: «No, no, no. Te juro por Dios, que me va a costar la vida, pero que me los cargo también. Porque ya vale, ya vale que en vez de ir a por la gente que está haciendo daño, van a por la gente que estamos intentando ganarnos la vida. A por eso van. Pues bueno, vamos a ver cómo se defienden ahora. Ahora voy camino del juzgado y después me voy a la prensa. Por Dios, te lo juro. Te lo juro por mi hijo que se me ha acabado. Ya no puedo más. Unos me han hundido mi empresa y estos otros hijos de puta me están hundiendo la vida», apuntaba la testigo.

Esta conversación se recoge en un auto policial remitido al Juzgado de Instrucción número 12 con fecha 29 de noviembre de 2017 en el marco de la investigación seguida en una pieza separada. Todo ello parte de la denuncia que interpuso la testigo protegida número 31 en la que comunicaba que «había sido coaccionada y amenazada de muerte por el entorno del Grupo Cursach, a través de unas personas que identificándose como policías nacionales, se personaron en su domicilio, le arrebataron toda la documentación y le comunicaron que debía denunciar que el fiscal y el juez la habían guiado en todas las declaraciones.