El acusado en la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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El presidente de una asociación de Pollença de ayuda a personas discapacitadas compró una televisión de 2.700 euros que nunca instaló en la entidad. Una lavadora y una secadora valoradas en 600 euros que tampoco aparecieron. Contrató unas obras que no se hicieron. Hizo diversas transferencias a favor de una empresa suya por un total de 35.000 euros sin justificación alguna.

El hombre, acusado de un delito de estafa, aceptó ayer un año de prisión en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Palma. El procesado tendrá que devolver 45.000 euros a la asociación que presidió.
Las partes acordaron la suspensión de la pena de prisión por plazo de tres años con la condición de que abone la indemnización en un máximo de dos años.

El acusado, de 58 años de edad, fue presidente de la asociación de Pollença desde 1998 hasta 2010. Tenía acceso a las cuentas bancarias de la entidad. Ordenaba pagos por la compra de material y obras que la asociación necesitaba. El hombre contabilizó facturas de material y obras a cargo de la entidad y, en realidad, eran para su propio beneficio.

Una de esas facturas que cargó en la cuenta de la asociación fue la compra de un televisor de plasma de 2.700 euros en mayo de 2005. Una lavadora y una secadora de 588 euros en septiembre del mismo año. Obras de 1.000 euros en 2007 y 2008 que solo se hicieron una vez.