La acusada, durante el juicio en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«Todo es mentira. Yo no enseñé a nadie cómo trabajar ni cogí dinero de nadie». Una mujer nigeriana acusada de prostitución de menores negó este lunes en la Audiencia Provincial que obligara a una joven de 17 años a prostituirse en abril de 2013 en Platja de Palma.

La sospechosa reconoció que convivió en un piso de Palma con la víctima y otra mujer que también se dedicaba a la prostitución. La perjudicada, de la misma nacionalidad, declaró por videoconferencia que solo estuvo una semana ejerciendo la prostitución «por voluntad propia».

Una policía nacional explicó que la investigación arrancó tras descubrir que había prostitutas en s’Arenal que podrían estar ejerciendo de manera forzada. «La víctima trabajaba para la acusada, que tenía una actitud agresiva y dominante hacia ella», dijo la agente. «La violencia que pueden sufrir sus familiares existe. Así es como trabajan estas nigerianas». Un policía que acudió al domicilio de la presunta proxeneta recordó que la menor no sabía ni llegar al piso. «Descubrimos que la ‘mami’, la proxeneta, era la acusada», comentó.

La joven ingresó en un centro de menores tras lo ocurrido. «Esta chica tenía mucho miedo, es posible que fuera por un tema de vudú», indicó un trabajador del centro con «vagos» recuerdos del caso. La Fiscalía sostiene en su escrito que la víctima era obligada a ejercer la prostitución para hacer frente a la deuda contraída al ser trasladada a España. La fiscal reclama una condena de cuatro años de cárcel para la acusada por un delito de prostitución de menores.