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Un joven ha ingresado en prisión después de ser detenido en Melilla con 2.600 pastillas de un tranquilizante ocultas en botes de patatas fritas, tras ser investigado por supuesto tráfico de sustancias psicotrópicas entre esta ciudad y Málaga, según ha informado hoy la Policía Nacional.

Este hombre de 32 años, con antecedentes policiales por diversos delitos, ingresó ayer en la cárcel tras haber sido puesto a disposición judicial después de su detención el pasado lunes en el puerto de Melilla, de acuerdo con un comunicado de la Jefatura Superior de Policía en la ciudad.

Tras la detención, la Policía Nacional registró el domicilio de este hombre e intervino un cartucho del calibre 12/70 y un machete.

El joven fue detenido en la estación marítima como presunto autor de un delito contra la salud pública, tras descubrirse en un cacheo que llevaba 2.600 pastillas de un conocido ansiolítico en dos botes de patatas fritas, ha explicado la Jefatura.

La detención es fruto de las investigaciones de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, iniciadas varias semanas antes «al detectarse un aumento considerable de sustancias psicotrópicas en el mercado ilícito de la ciudad», ha relatado.

Las pesquisas de la Udyco dieron como resultado la identificación de un varón como «potencial pasador» de psicotrópicos a través de las rutas marítimas de Melilla a Málaga, ha indicado.

La Policía estableció un dispositivo de seguimiento del joven, que fue arrestado al regreso en barco de Málaga «al encontrarle ocultas, de forma ingeniosa, dentro de dos botes de patatas fritas, 1.800 y 800 pastillas, respectivamente, de Trankimazin (Alprazolam) 2 miligramos, con un peso bruto de 675 gramos», ha detallado.

Esta sustancia está «sujeta a fiscalización por la ley», además de que «su consumo sin prescripción médica es muy peligroso, y más mezclado con otro tipo de sustancias», como el alcohol, ha advertido la Policía.

Esta mezcla puede «llegar a producir un estado comatoso, que en algunas ocasiones puede dar lugar a una intensa depresión respiratoria y la muerte», ha subrayado.

Esta sustancia se comercializa en farmacias en frascos de treinta y cincuenta pastillas, ha apuntado la Jefatura.