Agentes del Seprona se hicieron cargo de las pesquisas. | Alejandro Sepúlveda

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La Guardia Civil ha abierto una investigación a raíz de la denuncia de la Protectora El Refugio a una perrera de Vinaròs (Castellón) con presencia en diversos municipios de la Comunitat Valenciana y Cataluña por los presuntos malos tratos a una perra que presentaba «deshidratación, delgadez extrema y dos heridas abiertas muy profundas en sus patas posteriores», según ha señalado la asociación denunciante y han confirmado a Europa Press fuentes de la Benemérita.

Según explica El Refugio en un comunicado, esta entidad de ayuda a los animales tuvo conocimiento de los hechos cuando la asociación de Gandia Patitas-Casas de acogida presenció cómo personal de la perrera recogía de la calle a una perra para llevarla a sus instalaciones.

En ese momento, según aseguran estas fuentes, el can se encontraba delgado pero «no presentaba síntomas de un deterioro importante de su salud». La asociación contactó con la perrera para manifestar su intención de adoptar a la perrita y «tras muchos impedimentos y previo pago de 60 euros», accedieron a entregarles al animal pero «38 días después de su solicitud», ha criticado la protectora.

Además, el animal -al que se le ha puesto el nombre de 'Esperanza'- se encontraba entonces «en un estado físico lamentable» con «deshidratación, delgadez extrema y dos heridas abiertas muy profundas en sus patas posteriores».

De este modo, las voluntarias de la asociación procedieron a ingresarla clínicamente de urgencia y contactaron con la El Refugio para poner el caso en su conocimiento y proceder a denunciar los hechos ante las autoridades competentes.

El Refugio interpuso una denuncia ante el Seprona que, tras las pesquisas pertinentes, tomó declaración a uno de los dueños de la perrera vinarocense y ha puesto a disposición del juzgado la información recabada.

El Refugio asegura que «cientos de personas amantes de los animales llevan muchos años rescatando animales de esa perrera en pésimas condiciones de salud, previo pago de 60 euros para asociaciones y 100 a particulares por cada animal. Dichos pagos se hacen mediante transferencias o en mano al personal en los diferentes municipios. El negocio es redondo porque, además de cobrar a los ayuntamientos el servicio de recogida, recaudan dinero de personas sensibles que quieren salvar del sacrificio a los perros recogidos».

Al respecto, el presidente de El Refugio, Nacho Paunero, manifiesta que «en los más de 20 años» que lleva «protegiendo y defendiendo a los animales», jamás ha conocido «un lugar donde se recogen perros abandonados y además se venden perros y gatos de raza».

Asimismo, ha resaltado la instrucción realizada por el Seprona y ha agregado que el Refugio se persona como acusación particular en el Juzgado de Instrucción de Vinaròs, donde pondrán «todos los medios legales para que los presuntos autores sean castigados».