El director de Tito’s, Jaime Lladó, fue detenido en marzo. | Click

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El director de Tito’s, Jaime Lladó, y el testigo protegido número 29 de la causa mantuvieron este viernes un tenso careo dentro de la investigación del caso Cursach. Ante las versiones contradictorias de ambos, el fiscal propuso en marzo a Lladó esta prueba que se extendió ayer durante algo más de una hora. El investigado acusó al testigo de mentir y le llegó a decir: «¿Qué te hemos hecho para que digas todo esto?». El testigo protegido, exempleado del establecimiento ratificó su versión: en la discoteca se traficaba con droga de forma organizada por la dirección y había policías locales que asistían a fiestas privadas en las que se les suministraba cocaína y se les facilitaba sexo con prostitutas. Lladó negó de plano cualquiera de estas acusaciones y defendió que siempre ha combatido la venta de estupefacientes en el local. «Eso es mentira», se hartó de decir.

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Al inicio de la declaración, el director de la discoteca llegó a decir que no conocía de nada al testigo y que era la primera vez que le veía. Éste había trabajado como camarero en el local y, ante algunos de los detalles que daba sobre el funcionamiento del local, el investigado le espetó que eso no lo podía saber ante el puesto que tenía.

El testigo detalló episodios como que uno de los policías locales imputados transportaba cocaína a Tito’s en su todoterreno Hummer y explicó que él mismo descargó una caja de ese vehículo y que de ella se cayó un paquete con aspecto de llevar droga.