La Guardia Civil del cuartel de Algaida ha procedido a la detención del joven de 18 años de edad. | Alejandro Sepúlveda

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Una discusión trivial entre dos jóvenes de 18 años por un balonazo acabó el martes por la tarde en un apuñalamiento y posterior fuga del agresor. La puñalada atravesó el brazo de la víctima y M. F., el atacante, se entregó de madrugada después de que la Guardia Civil contactara con él y le convenciera de que era lo mejor que podía hacer.

Fuentes policiales informaron que los hechos ocurrieron en el campo de fútbol de Llucmajor, cuando un grupo de chicos jugaba con una pelota. M. F., vecino de Algaida y que cuenta con antecedentes policiales, lanzó un balonazo que impactó en otro muchacho. De los insultos y empujones pasaron a las manos y en un momento dado el agresor esgrimió una navaja y se la clavó a su contrincante.

Al parecer, la puñalada iba dirigida al abdomen, pero la víctima pudo defenderse a tiempo y se cubrió con uno de sus brazos. La hoja de acero le atravesó por completo esa extremidad, a la altura del antebrazo, aunque afortunadamente no le seccionó tendones ni le afectó al hueso. La herida, pese a todo, comenzó a sangrar de forma abundante y los equipos de emergencia recibieron llamadas telefónicas pidiendo ayuda.

Cuando la Policía Local llegó el agresor ya había escapado. Sin embargo, algunos testigos lo conocían y aportaron sus datos, por lo que la detención era cuestión de horas. Por la noche, la Guardia Civil –que se había hecho cargo de la investigación– contactó telefónicamente con él. Sobre la una, el joven se personó voluntariamente en el cuartel y fue detenido.