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El hombre acusado de servirse de una «fingida» relación de cariño con su abuela de 92 años para estafarla y apropiarse de su fortuna ha dicho este miércoles en el juicio que todo se debe a una «rabieta» porque una sociedad familiar vendió su casa, y ha declarado que fue ella quién le pidió que gestionase su patrimonio.

La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado el juicio contra Manuel C.G., para quien la Fiscalía solicita una pena de prisión de cinco años por sendos delitos continuados de estafa y apropiación indebida, así como una indemnización de 800.000 euros.

Según el escrito de acusación de la fiscal, Manuel convenció a su abuela para que le nombrara apoderado de todo su patrimonio y luego creó, en julio de 2010, una sociedad limitada con su abuela y su hermano y amplió capital con propiedades de la víctima.

Esta estrategia dejó «huérfana de todo bien» a la anciana, según la Fiscalía.

En concreto la mujer aportó 50.000 euros, un chalet en Villanueva de la Cañada (Madrid) valorado en 720.000 euros, dos plazas de garaje en Benidorm valoradas en 207.000 euros, el usufructo de su vivienda y de dos plazas de garaje (854.180 euros) y todos sus muebles y enseres.

El acusado, tras calificar el juicio de «rabieta», ha declarado a la sala que fue su abuela quién le pidió que gestionase su patrimonio y aceptó formar la sociedad limitada tras «explicarle con todo detalle», ante notario, las posibles consecuencias de constituirla con sus propiedades.

A la pregunta de la fiscal sobre la venta del chalet de Villanueva de la Cañada por 450.000 euros, a pesar de que la sociedad se constituyó con un capital inicial de 9.000, el procesado ha explicado que «la sociedad no está imputada en el juicio» y que «lo vendió la sociedad, no él».

La víctima, visiblemente afectada, ha expuesto a la sala que no recuerda «otorgar el poder de representación general» ni firmar la cesión de sus propiedades para la sociedad, y que se enteró de que el chalet se había vendido porque el comprador se presentó en la vivienda.

«Actualmente me he quedado cobrando las pensiones de mis difuntos maridos y el dinero que me dejó una íntima amiga ya fallecida» ha expresado visiblemente alterada la anciana de 92 años.

El notario y el asesor fiscal que constituyeron la sociedad han aportado una versión opuesta a la de la víctima y han relatado en sus declaraciones cómo ella estuvo presente y se le explicó con todo detalle sobre las consecuencias de ceder las propiedades a la sociedad.

«Le advertí de que el apoderado, su nieto, podía acceder a todas sus cuentas e incluso si quería dejarla en la calle, y ella lo comprendió y accedió a todo», ha declarado el notario, quién ha recriminado que no se hubiese citado a su secretaria porque fue ella quien «preparó las escrituras».

Fiscalía y acusación particular han expuesto en sus conclusiones cómo «a pesar de que se quiera adornar con notarios y fiscales, el acusado llegó de Estados Unidos huérfano de todo bien , en dos años se aprovechó de la edad y la cercanía con su abuela para convertirla a ella en huérfana de todo bien». EFE