Ayer por la mañana el detenido fue trasladado ante la jueza de Inca, que decretó su ingreso en prisión. | Alejandro Sepúlveda

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Los investigadores creen que Antonio Borrás Fernández, el acusado de matar a su exsuegro en Sencelles, tuvo la sangre fría de buscar dinero en la casa tras el brutal asesinato. Además, tienen la certeza de que se lo gastó en drogas porque en los registros domiciliarios no se ha hallado cantidad alguna de ese dinero.

Tal y como informó ayer Ultima Hora, durante los interrogatorios policiales Antonio Borrás no confesó el crimen porque aseguraba que iba totalmente drogado, aunque reconoció que «sé que la he liado». Ayer por la mañana, a las nueve, un coche patrulla lo trasladó de la Comandancia de Palma a los juzgados de Inca, Llegó tapado, con un jersey por la cabeza, y todavía con síntomas evidentes de lesiones en manos y dedos, que se produjo según la Guardia Civil cuando acuchilló reiteradamente a Juan Antonio Florit Cirer, que tenía 57 años.

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A la cárcel


Tras interrogarle, la titular del juzgado de Instrucción número 1 decretó la prisión comunicada y sin fianza para el detenido, que poco después fue trasladado a la penitenciaría palmesana. Antonio Borrás, de 40 años, tenía antecedentes policiales por una agresión sexual. Estaba en el paro y tenía un carácter muy conflictivo. Su adicción a la cocaína había acentuado esta agresividad. Residía en el número 24 de la calle Verge de Monserrat, en es Rafal, pero pocos vecinos de allí tenían un trato habitual con él.

La Guardia Civil tiene claro que el móvil fue económico. Antonio necesitaba dinero para drogarse y el lunes por la tarde acudió a ver a su exsuegro, con el que no tenía una buena relación. Se sabe que fue en la tarde noche porque a las 19.00 horas un familiar y vecino vio por última vez al pensionista en Sencelles. Además, el teléfono móvil de Antonio lo sitúa con precisión en la escena del crimen a esa hora.