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El juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra acogerá, el próximo 22 de septiembre, el juicio contra el agente de la guardia civil que disparó y causó la muerte a Javier Fernández, exbatería del grupo Los Piratas, en agosto de 2015, y contra quien ejerce la acusación la familia del fallecido, por un supuesto delito de homicidio por imprudencia profesional grave.

Según han confirmado a Europa Press fuentes de la acusación particular, esta parte reclama la pena de cuatro años de prisión y otros seis de inhabilitación. La Fiscalía, por su parte, solicita el archivo de la causa con respecto del guardia, al entender que actuó en defensa propia y de otro agente, compañero suyo.

Los hechos tuvieron lugar el 26 de agosto de 2015, en la vivienda que el músico compartía con su mujer y su bebé en la parroquia de Guláns, en Ponteareas (Pontevedra) y, desde el primer momento, las circunstancias que rodearon la muerte de Fernández han sido objeto de polémica, por las versiones contradictorias de la familia y de la Guardia Civil.

Así, mientras que el Instituto Armado informó de que había acudido a la vivienda por un posible caso de violencia de género, agravado por la presencia de un bebé en la casa, la familia siempre negó que el exbatería fuese un maltratador, que hubiese agredido a su pareja o tuviera retenido al bebé de ambos. Según las explicaciones de sus allegados, Javier estaba en un estado agresivo debido a una crisis generada por cambios en un tratamiento para una dolencia psiquiátrica.

El guardia civil investigado ha mantenido, en su declaración en el juzgado, que actuó en defensa propia, ya que Fernández se comportó de forma violenta e intentó agredirles a él y su compañero. Por ello, explicó, efectuó un disparo que, de forma no intencionada, acabó impactando en el abdomen del exbatería y causándole la muerte poco después.