La policía, de espaldas, con su bebé. | Javier Jiménez

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«Lo hice porque ya no podía más. Sólo estoy pidiendo un derecho, no que me hagan un favor. Soy madre y quiero una excedencia para cuidar a mi bebé. ¿Quieren dejar a una niña de siete meses sin lactancia?». Una policía local de Palma interrumpió el jueves una reunión de la mesa de negociación solicitando hablar con el jefe de Recursos Humanos. A.R., la agente, lleva desde febrero pidiendo su baja por maternidad, que todavía no se la han firmado.

En declaraciones a Ultima Hora la funcionaria explicó que además del bebé, tiene un hijo de dos años y medio: «El 24 de febrero pasado pedí la excedencia abierta por maternidad. Desde entonces, me he ido interesando por cómo estaba el tema pero nunca me han dado una contestación oficial». El jueves, la agente recibió más largas y, cansada de esperar y viendo que si no le respondían tenía que incorporarse al trabajo, decidió ir a la mesa de negociación, que se celebraba

en la calle Flassaders número 10. La mujer, con su bebé en un arnés, interrumpió la reunión de los altos funcionarios: «Necesito urgentemente una respuesta».

Al cuartel de San Fernando llegó la información de que «un grupo de funcionarios están acosando al jefe de Recursos Humanos» y se envió a Flassaders al mayor Brull, el subinspector Riera y cuatro agentes de las unidades USEI -a la que precisamente pertenece la mujer- y UII. La coordinadora de la policía, Antonia Fuster, trató de calmar a la mujer, que rompió a llorar «de impotencia, por la situación surrealista». Para A.R. también «muy violento» ver que llegaban policías compañeros y una vigilante: «No me lo podía creer. Es cierto que no tendría que haber entrado en esa reunión, pero estaba desesperada».