Kamal vive en Santa Maria con su hermano de14 años. Estudia enfermería. Unos parientes han llegado de Marruecos para apoyarles. Piensa que con la indemnización por la muerte de su madre podrán salir adelante. | Jaume Morey

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«Hace justo siete meses que enterré a mi padre y ahora, por culpa de este médico, tengo que enterrar también a mi madre». Son palabras del hijo de Fátima Cherkaoui, la trabajadora de una residencia de ancianos que falleció durante una liposucción en una clínica de Palma. Con gran serenidad, relata los hechos ocurridos en la clínica.

«Todo empezó el pasado 6 de marzo. Mi madre estaba muy contenta porque era una operación que esperaba desde hacía mucho tiempo -recuerda-. La primera parada le dio a las cuatro de la tarde, pero no la evacuaron hasta las seis. No fue hasta que las cosas se complicaron mucho que se la llevaron a Son Espases», recuerda el joven.

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Intervención

«No entiendo por qué si el ataque le dio a las cuatro tuvieron que esperar hasta las seis para evacuarla. Kamal denuncia que «a día de hoy el médico de la clínica sigue operando», y añade que «en ningún momento nadie de este centro me ha llamado para saber mi situación. Nadie de la clínica se ha interesado por mí. Nadie».

«Hemos quedado dos hijos huérfanos sin padre, sin madre, sin nadie que nos toque a la puerta para preguntarnos si nos falta algo. Mi hermano tiene catorce añitos y yo, con 19, tengo que luchar contra esta bestialidad », apostilla Kamal.