El indigente, durante el juicio. | Alejandro Sepúlveda

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El hombre de 43 años acusado de homicidio por matar en abril de 2015 a un indigente junto al que residía en un descampado del barrio palmesano de Son Rapinya ha admitido este jueves el crimen ante el jurado que le juzga en la Audiencia de Palma.

«», ha respondido el acusado, J.A.P.J., a la pregunta del fiscal de si acuchilló en el abdomen a su víctima, P.K., después de mantener una discusión cuando ambos estaban «muy bebidos», según ha relatado.

El homicida confeso, al que juzga un jurado popular en la Audiencia de Palma, ha explicado que en el transcurso de la disputa verbal cogió un cuchillo que había «encima de una caseta de perro», se lo clavó al que había sido su amigo, y cuando éste perdió el sentido creyó que había fallecido, recogió sus cosas y le abandonó.

«Lo zarandeé un momento y pensé que estaba muerto», ha indicado el acusado, que ha puntualizado que no recuerda algunos detalles y que no sabe que le pasó en aquel momento por la cabeza. «Pensé que la había liado gorda», ha manifestado.

Entre los detalles que no ha precisado está el hecho de que tapó con varios elementos, incluida una persiana, el cuerpo agonizante de su víctima, que según el relato de los hechos pactado por las acusaciones y la defensa tuvo «una muerte agónica» debido a la lenta hemorragia de la que falleció.

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El jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional cuando ocurrieron los hechos, que dirigió la investigación, ha testificado que J.A.P.J llevó a cabo «un trabajo tendente a ocultar el cuerpo y a retirar los elementos de la escena que podrían identificarle».

Otro agente que intervino en las pesquisas ha incidido en la ocultación de la víctima, que no fue localizada en la chabola en que falleció por una mujer que le prestaba ayuda que miró en el habitáculo cuando acudió a buscarle porque había faltado a una cita.

El acusado, en prisión preventiva desde el 28 de abril de 2015, ha conseguido con su confesión en la vista, que ratifica las que ya hizo ante la Policía y el juez de instrucción, que la Fiscalía reduzca en 2 años y 3 meses la pena inicial que reclamaba para él, que era de 15 años de cárcel.

El escrito de acusación admitido por el encausado y consensuado por su defensa con las acusaciones, establece también que tendrá que indemnizar con casi 125.000 euros a la hija del hombre al que mató.

Pese al acuerdo, el juicio se ha celebrado tras la constitución del jurado porque aun en caso de confesión, cuando la pena a la que se enfrenta un acusado supera los 6 años de cárcel, es preciso que en jurado tome en consideración otras pruebas antes de dictar su veredicto.

Así lo ha explicado a los componentes del jurado el fiscal del caso, Julio Cano, que ha destacado que además de la admisión del delito hay evidencias como las manchas de sangre de acusado y víctima en una mochila que portaba J.A.P.J., imágenes de cámaras de seguridad que corroboran su presencia en el lugar de los hechos y más «pruebas contundentes».