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La Audiencia de Madrid juzgará desde el próximo jueves a la mujer que arrojó a su bebé recién nacido a un contenedor de basura en julio de 2015 en Mejorada del Campo (Madrid), tras ocultar su embarazo a la familia, para la que el fiscal pide 27 años de cárcel por asesinato en grado de tentativa.

La Sección Primera de la audiencia madrileña celebrará lo días 2 y 6 de marzo a Catalina D.M., que está en prisión desde la mediados de julio de 2015 por estos hechos.

La Fiscalía pide para ella 27 años de prisión porque, según su escrito de acusación, la mujer dio a luz en el Hospital de Henares de Coslada a principio de ese mes, tras ocultar el embarazo a su marido y resto de la familia -tiene tres hijos más-, y luego tiró a la basura al bebé a sabiendas de que podía morir.

Relata el fiscal que el 6 de julio la procesada, colombiana de 37 años, fue dada de alta tras dar a luz y poco después, el día 15, cogió al bebé y lo metió en el interior de una bolsa de deporte junto con varios enseres del niño, y luego en una bolsa de basura negra que anudó.

A continuación introdujo todo en un contenedor de basura de restos orgánicos, de tipo subterráneo, ubicado a unos 150 metros de su domicilio, en la Avenida de los Toreros de Mejorada del Campo, donde había más de treinta bolsas con diferentes residuos.

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La Fiscalía recalca que tiró allí al recién nacido «a sabiendas de que tal acto entrañaba un peligro concreto para su vida, por lo que venía a aceptar el resultado mortal que podía producirse», y que finalmente no tuvo lugar porque un viandante escuchó el llanto del bebé.

Por eso la considera autora de un delito de asesinato en grado de tentativa y solicita para ella 27 años de prisión, inhabilitación absoluta durante 20 años y que se le prive de la patria potestad respecto del hijo.

Pide asimismo que se le prohíba acercarse al niño a menos de 500 metros y comunicarse con él durante 33 años.

El niño fue rescatado en buen estado de salud y la mujer localizada y detenida poco después, tras lo que reconoció los hechos.

Este suceso conmocionó en su día a la localidad, ya que el vecino que oyó el llanto del bebé avisó a la Guardia Civil, que tuvo que pedir ayuda a operarios de la limpieza para sacar sin riesgos al bebé del contenedor subterráneo.

Los agentes analizaron los objetos que había en la mochila, entre ellos un biberón que ayudó a localizar a la madre junto al cotejo del RH de ella y del bebé.