Juan Manuel Molina muestra la prótesis dental «defectuosa». | Alejandro Sepúlveda

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Juan Manuel Molina, jubilado de 65 años, ha denunciado a una clínica de Palma que le puso una prótesis dental «defectuosa». Hace dos años que empezó el tratamiento. Molina lleva dos prótesis. La inferior es fija. La superior se le mueve cuando hinca los dientes incisivos. «Me dijeron que arriba mejor que no fuera fija porque siempre se cuelan restos de comida», dice.

El hombre tuvo que pedir un crédito de 13.000 euros al banco para pagar el tratamiento. «Me han hecho una chapuza en la boca, me siento humillado». Molina ha interpuesto una denuncia en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y en el Colegio Oficial de Dentistas de Balears. Quiere una solución o que le devuelvan el dinero.

Molina compara este centro dental low cost con una cadena de restaurantes de comida rápida. «Es como una hamburguesería. Ves muchos clientes y te crees que funciona bien, pero una vez que estás metido en el ajo la cosa cambia. Una fábrica de hacer dinero, franquicia, como Vitaldent. El mismo perro con distinto collar». Tardaron tres meses en fabricarle la prótesis. «Comía purés y hervidos», recuerda. Se siente estafado e impotente. Solo mastica con los molares. El hombre volvió a la clínica tras comprobar que tenía dificultades para comer.

En el Colegio de Dentistas de Baleares, relata Molina, le dijeron que en una misma mañana tres personas denunciaron a este centro. Al perjudicado le gustaría contactar con el resto de afectados por la presunta mala praxis de esta clínica dental franquiciada, para interponer una denuncia conjunta.