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Un hombre infectado con el VIH fue condenado este martes a dos años y diez meses de cárcel tras reconocer que mantuvo relaciones sexuales con más de cien mujeres y menores, que desconocían que estaba enfermo.

El procesado, conocido como «la hiena», practicó sexo con las víctimas en cumplimiento de un tradición casi extinguida en algunas zonas del sur del país y que está prohibida por las leyes de Malaui.

Según admite, fue contratado por algunas comunidades para llevar a cabo la «purificación sexual» de viudas, que según esta tradición deben acostarse con un hombre antes de enterrar a su marido o tras tener un aborto.

«La hiena» también tuvo sexo con adolescentes tras su primera menstruación, a quienes se obligó a mantener relaciones con el acusado para marcar el paso de la niñez a la edad adulta.

Un tribunal de Nsanje, en el sur de Malaui, dictó este martes la sentencia condenatoria, una semana después de encontrarlo culpable de participar en esta práctica «ilegal» y «dañina».

«La hiena» no solo admitió haber mantenido sexo con menores, sino que reconoció que no había informado a sus compañeras sexuales de que tenía el virus del VIH.

Grupos activistas han denunciado que el juicio no ha sido justo al haber sido ordenada su detención por el propio presidente del país africano.