El tribunal declara probado que en la madrugada del 24 de agosto de 2013, el perjudicado, acompañado de un amigo, coincidió en un bar de Palma con un hombre que le debía dinero y con el agresor. La víctima aprovechó la ocasión para reclamar al hombre lo adeudado por unos trabajos de albañilería. El individuo hizo caso omiso y se fue con el condenado al piso de este. Allí estaba durmiendo la mujer del agresor.
La víctima y su amigo les persiguieron y llamaron a la puerta. El acusado salió de su habitación con un machete de 40 centímetros en una mano y en la otra un cuchillo de 10 centímetros de hoja. El atacante abrió la puerta del domicilio y la víctima le lanzó a la cara una maceta que una vecina tenía en el descansillo. El condenado la emprendió a machetazos. El perjudicado recibió impactos en la cabeza y en diversas partes del cuerpo hasta caer desplomado en el distribuidor de la primera planta. El agresor siguió acometiéndole hasta que el amigo de la víctima lo pudo rescatar.
El asaltante lavó el machete y lo escondió debajo del colchón de su dormitorio.
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