Los hechos se produjeron en Eivissa, y al parecer, el padre de la víctima, que reside en una ciudad colombiana, fue quien dió el aviso al sospechar que su hija no se encontraba en condiciones normales.
Gracias a la información que transmitió vía Whatsapp al operador del 091, se pudo localizar el domicilio de la joven, personándose en el lugar varias dotaciones policiales, quienes encontraron a la mujer sentada en una lona con las piernas colgando, y con intenciones de tirarse.
En un primer momento uno de los policías permaneció en la vía a la vista de la mujer con la intención de captar su atención mientras los otros tres policías accedían a la vivienda, siéndoles franqueado el paso por el novio de la víctima.
Éste manifiestó que su pareja había sido ingresada en el Hospital de Can Misses para ser atendida por la ingesta de sustancias estupefacientes, pero que en un momento determinado se escapó del centro y volvió a su vivienda y salió al exterior del balcón.
Los policías, al observar que la chica seguía sentada en el borde del toldo, gritando y separada del balcón unos dos metros, rápidamente tomaron posiciones. Mientras una agente entablaba conversación, otro aprovechó para descolgarse por la cornisa con intención de agarrarla.
Una vez sujeta, y debido a la resistencia pasiva de la víctima, el policía tuvo que ser ayudado por otros dos, antes de que se rompiera la barandilla del balcón y de que el toldo cediera bajo sus pies.
Finalmente lograron subirla al interior del balcón, y una vez puesta a salvo fue atendida por los servicios sanitarios, que la trasladaron de nuevo al hospital.
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