Jaume París recordó ayer los hechos con buen humor a pesar del mal tragó que pasó. | Guillem Picó

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Jaume París es el dueño de la carnicería de Consell donde el viernes por la tarde entró un macho cabrío y provocó el pánico.

Paris explica que sobre las 17.30 horas atendía a una clienta. «En ese momento el cabrón, y nunca mejor dicho, embistió el cristal de la puerta de entrada y la abrió, no lo rompió porque este local antes era un banco y los cristales están reforzados, pero dio un golpe tremendo», indicó.

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El animal se fue a un rincón del local, el dueño cogió un palo y se puso delante de él para intentar que no se moviera. «Si hubiese sido una cabra de estas que se ven por la montaña cuando vas de excursión, como buen carnicero te digo que no sale de aquí», comentó entre risas, «pero era un bicho enorme, un boc que me llegaba más arriba de la cintura, debía pesar más de cien kilos y tenía una gran cornamenta», añadió.

Poco después llegó la Policía Local con un lazo para capturar el animal. «Les dije que había que ir con cuidado porque si se ponía a dar golpes hubiese destrozado el local, le abrí la puerta, embistió las botellas de butano de la máquina de pollos al ast y luego la puerta para salir a la calle».

Al parecer el macho cabrío bajó de la montaña por Bunyola o Santa Maria, atravesó este pueblo y llegó a Consell. Después parece ser que se fue hacia la montaña en Alaró.