Josep Paluzié, en su despacho. | Alejandro Sepúlveda

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El comisario Josep Palouzié hace 15 días que tomó posesión como jefe de la Policía Local de Palma. Hombre de perfil municipalista, licenciado en Criminología y diplomado en Derecho, cuenta con una dilatada experiencia al frente de policías locales de varias ciudades de Catalunya antes de situarse hace ocho años al frente de la de Girona.

—¿Cómo está la Policía Local de Palma en estos momentos?
—(Resopla) La plantilla está a la expectativa. Hay que entender que cualquier cambio genera expectación y el hecho de que venga un jefe nuevo y que encima sea de fuera provoca que la gente esté muy pendiente de lo que hago, pienso o digo.

—¿Se ha encontrado una policía tan mal cómo pintaba?
—No. Para nada. Una cosa es el tema penal y de la corrupción muy focalizado y que se tendrá que resolver en el ámbito judicial y otra cosa son la inmensa mayoría de profesionales.

—¿Quién le convenció para aceptar el cargo y venir a Mallorca?
—Mi mujer.

—¿Seguro?
—De verdad. Mi mujer tenía ganas de cambiar. Ella es hija de pescadores y una persona muy vinculada al mar. No le gustaba nada eso de estar en el interior y en cuanto le comenté que convocaban una plaza de jefe de policía en Palma fue ella que me animó y, aquí estoy.

—¿Seguro que no fue Angélica Pastor que le animó a presentarse?
—No. Yo me enteré por una alerta de Google y me presenté a la convocatoria. Envié un escrito y aquí estoy.

—¿Se ha encontrado algún ‘muerto’ en los armarios o algo escondido en los cajones?
—No he tenido tiempo de abrirlos todos.

—¿Quiénes serán sus hombres y mujeres fuertes de la Jefatura?
—Desde hace tiempo lo que está fallando en la Policía Local de Palma es que no se sigue la estructura jerárquica y se acaban haciendo inventos y al final los inventos se pagan.

—¿Qué modelo quiere usted para Palma?
—Yo siempre he sido un gran defensor de los modelos de seguridad local. Es decir, de proximidad.

—¿Se han acabado con usted los hombres de Harrelson ?
—No, para nada. ‘Los hombres de Harrelson’ son para cuando tocan y dimensionados para las necesidades que tengan. Que en un determinado conflicto tengamos profesionales con capacidad de responder correctamente es necesario, pero tampoco podemos dimensionarlo más allá de lo necesario. Hay momentos que la situación no se arregla hablando, mediando o dialogando y tenemos que tener gente con capacidad para poder responder.

—¿Viene con las manos libres o condicionado por los políticos?
—Yo no soy el sheriff de Palma. Soy un técnico con voluntad pública que me debo al poder político. Las directrices políticas las aceptaré pero el llevarlas a cabo, es cosa mía.

—¿Qué opina de su regidora? ¿Es una mujer de armas tomar?
—Es de Badajoz, eso lo dice todo. (Sonríe) No tengo criterio formado. Es un mujer muy apasionada por su trabajo, con criterio y que no nos queda más remedio que entendernos para trabajar conjuntamente. Ella es la regidora, los ciudadanos la han elegido y yo cumpliré sus directrices.

—¿Conoce ya al que será el futuro alcalde de Palma Antoni Noguera?
—No le conozco.

—En la diada de la Policía Local, el teniente de alcalde Antoni Noguera no se puso en pie cuando sonaron los acordes del himno nacional. ¿Qué le parece?

—Es su responsabilidad. Creo que después se disculpó, pero es su problema. También me sorprendió que cuando sonó la Balanguera los mandos del cuerpo del Estado no saludaran, cosa que desde mi óptica no se tiene que hacer. En Catalunya, al himno de ‘els Segadors’ lo saluda todo el mundo.