Marcos Ferragut, sentado junto a su abogado, Tomeu Salas. | Alejandro Sepúlveda

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En el turno de la última palabra, Marcos Ferragut, acusado de asesinar a Rafael Miralles con 10 cuchilladas, pidió perdón a los familiares del joven, que falleció a los 22 años en Campos, el 2 de mayo de 2014. «Esto no tendría por qué haber pasado. Pido perdón una y mil veces a los familiares del señor Miralles porque estoy seguro de que están sufriendo muchísimo. Me gustaría que todo su sufrimiento recayera en mí. Estoy roto», declaró ayer el procesado al final del juicio con jurado en la Audiencia de Palma.

El fiscal y la acusación particular mantuvieron su petición de 25 años de cárcel. Consideran que hubo alevosía y ensañamiento. «El cuchillo era suyo y no de la víctima como nos quiso hacer creer el acusado. Ferragut fregó el suelo del rellano, arrastró al joven hasta su domicilio y cuando estaba indefenso le asestó el resto de puñaladas», dijo el representante del ministerio público.

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La acusación particular, ejercida este jueves por Alberto García Carpallo, manifestó que el padecimiento durante el minuto que le llevó a la muerte fue «extremo e inhumano».

La defensa de Ferragut, el abogado Tomeu Salas, solicitó que su patrocinado fuera condenado por homicidio.