Marcos Ferragut, de 54 años, al inicio del juicio en el banquillo de la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«Es obvio que sufrió porque son lesiones que afectan a órganos vitales; la salida de sangre fue brutal». Las médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de Rafael Miralles confirmaron que las cuchilladas que recibió se produjeron en vida. El joven de 22 años perdió un litro de sangre, según las facultativas. Falleció de diez puñaladas la mañana del viernes 2 de mayo de 2014, en Campos. La sexta punzada le causó la muerte.
«Presentaba heridas que sugieren que hubo algún tipo de defensa o de lucha porque inicialmente había más contusiones. La herida mortal se encontraba en la espalda», manifestaron las facultativas este miércoles, en la tercera jornada del juicio con jurado que se celebra desde el lunes en la Audiencia de Palma. La primera punzada que le propinó Marcos Ferragut, de 54 años, fue en el tórax. «Penetró hasta el corazón, se lo lesionó pero no lo atravesó. No creemos que la víctima estuviera inconsciente, la muerte no fue inmediata».

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Un perito de la defensa que entrevistó a Marcos Ferragut en prisión consideró que los vídeos de índole sexual entre agresor y víctima son «esenciales». «Sin ellos hubiera sido un caso mucho más difícil de valorar».

Las imágenes las grabaron horas antes del crimen. «Parece que hubo una cierta satisfacción o sometimiento homosexual. En el vídeo, el acusado dice que hará lo que el otro diga. Cuando lo vi por primera vez, en compañía de la secretaria judicial, pensé que hacía muy bien en custodiarlo en su despacho porque realmente es asqueroso. En esos momentos Marcos estaba sometido a Rafael, hacía lo que el joven le decía».
Según este perito, forense jubilado, el detonante de la reacción violenta de Marcos Ferragut fue el robo de las joyas de su mujer.